Soy de los que piensa que los «días de» debieran de celebrarse cada día. Lo mismo cuenta para el Día Internacional de la Mujer. Pero la inminencia de la conmemoración dispara las reflexiones. Hoy voy a escribir sobre algunas mujeres a las que admiro y respeto.
Primeros amores
Siempre tuve una deuda con mi madre en este blog. Esa mujer de casi noventa años marcó a fuego mi personalidad y la de mis hermanas. Hija de calabreses emigrados a Argentina a finales de la década del 20 del siglo pasado, creció con la cultura del trabajo y el esfuerzo. Sobrevivió a un accidente de coche gravísimo, tuvo su propio negocio y estudió de mayor. Fue madre desde muy joven, y nunca, nunca paró de trabajar. Así y todo, siempre tuvo tiempo para estar ahí, escuchando, dando el consejo adecuado en el momento justo. Se preocupó por que tuviéramos acceso a una buena educación y conformó un tándem ejemplar con mi padre. Mis valores, mi honestidad y ese énfasis por decir la verdad en cualquier circunstancia se convirtieron en una constante en mi vida.
Un reconocimiento que se merece y que necesito expresar en este espacio, para una mujer que fue capaz de atravesar el siglo XX superando las barreras de género.
Madonna
Mi adolescencia coincidió con el auge de Madonna. Cuando la veía en la tele me quedaba hipnotizado. Aquella pequeña chica de ascendencia italiana atiborrada de cruces se contorneaba, saltaba, bailaba y hacía unos videoclips que me encantaban. Eran los ochenta. Llevaba una foto de ella en mi carpeta mientras estudiaba en la secundaria, que me costó alguna reprimenda de un profesor. Además, una superstar como Madonna que hacía música tan comercial, no era del todo aceptada en la tribu urbana a la que yo pertenecía, más bien de darkies o góticos, como se los conoce actualmente.
Madonna representa muchas cosas. Empezó desde cero y le demostró al mundo que los grandes proyectos no son solo de los hombres. Cuestiona, provoca, innova, es atrevida, además de impulsar e influir a otras artistas. También es una activista crítica con muchas de las injusticias de este mundo. Y como si todo esto fuera poco, es una de las mejores artistas nuestros tiempos, una showwoman en toda regla.
Madonna – Express Yourself (Official Video). youtube.com
Björk
Quizá una de las artistas famosas más difíciles de definir, que, a pesar de su popularidad, cuenta con una obra menos conocida. A mí me gustaría que pase por mi cabeza lo que pasa por la cabeza de Björk, si fuera capaz de pensar como ella, claro… Es posible que sea la representación más visible de la transgresión en varios campos artísticos. Todo lo que hizo la islandesa en la última década del siglo pasado me parece genial. Además, considero la película Dancer in the Dark de L. V. Trier como una obra maestra, en gran parte, gracias a su aportación musical y su interpretación. Otro tema muy distinto es su personalidad, las diferencias insalvables que tuvo con el director danés y algún que otro escándalo. Tampoco olvidemos que fue víctima de un fan obsesionado con ella. Otra mujer que exploró el potencial creativo y el imaginario femenino con una visión muy personal.
björk : army of me. youtube.com
Elizabeth Frazer
Y sí, a finales de los 80, además de escuchar a Madonna, escuchaba a Cocteau Twins. Y si por algo destacaba esta banda, era por la voz angelical de Liz Fraser. Ya hablé de ella en mi entrada dedicada al concierto de Massive Attack en Barcelona. Solo puedo decir que siento una profunda admiración por esta cantante escocesa con más de cuarenta años de carrera, a la que tuve la suerte de escuchar dos veces sobre un escenario. Una voz con una personalidad única.
Otra artista con más de tres décadas de carrera a sus espaldas, y admirada por sus contemporáneos. Me encanta su música, su actitud, su fuerza interpretativa y la personalidad que manifiesta. Ella, aunque fue considerada un ícono feminista, siempre expresó no estar adherida al movimiento. De hecho, dijo en una entrevista «No pienso en términos de género cuando escribo canciones y nunca he tenido ningún problema por ser una mujer al que no pudiese reponerme.» (Smoda / El País, 21/03/2020). Aunque no gustaron a las feministas, estas declaraciones demuestran valentía por parte de la británica. Una artista cuyos grandes logros no exigen adhesión a una militancia… interesante y atrevido al mismo tiempo.
PJ Harvey – This Is Love. youtube.com
Amy Winehouse
Una vida efímera y tormentosa para una de las grandes artistas que tuvimos en este siglo. Renovó y masificó varios estilos musicales clásicos con un talento incuestionable; pero tuvo que lidiar con un entorno de hombres que se aprovecharon de su don artístico, su popularidad y sus adicciones. Quizá no paró de pedir ayuda, incluso, a través de su música. Pienso que debe ser parte de estas reflexiones, porque su muerte prematura nos deja con cierta sensación de injusticia.
Tony Bennett, Amy Winehouse – Body and Soul (from Duets II: The Great Performances). youtube.com
Aretha Franklin
Gran artista i activista que tuvo que lidiar con el machismo y el racismo de la época que le tocó vivir. Fue una precursora. Abrió y allanó el camino para muchas otras mujeres negras que siguieron sus pasos. Y, como si esto fuera poco, fue una de las artistas más influyentes de la música moderna. Una mujer así tiene que estar en este espacio de reflexión.
Aretha Franklin – Think (feat. The Blues Brothers). youtube.com
Sofía Coppola
Una cineasta. Aún sigue siendo bastante desigual la participación de las mujeres en la industria audiovisual, pero, afortunadamente, existen destacadas representantes como Sofía Coppola. Su film Lost in Translation me impactó profundamente de manera positiva, más aún, cuando volví a verlo muchos años después de su estreno. Sí, es verdad que contaba con dos monstruos de la actuación como Scarlett Johansson y Bill Murray, pero Coppola no hizo una comedia comercial, sino un drama con momentos mágicos, maravillosos e inolvidables. La visión y la sensibilidad femenina plasmadas en una obra de culto.
Does It Get Easier? – Lost in Translation. youtube.com
Y hasta aquí un pequeño repaso de algunas de las mujeres a las que respeto y admiro, aunque siempre injusto por las ausencias. Tengo la fortuna de poder relacionarme a nivel personal y profesional con mujeres por las que tengo la misma consideración. Sin ir más lejos, convivo con dos de ellas en casa. Ojalá veamos un mundo en el que predomine la sensibilidad femenina y que rompa con la actitud belicista que tienen algunos gobernantes hombres. Mientras tanto, yo las seguiré admirando.
Christian Flavio Tasso
Aunque basé gran parte del texto en mi memoria, tuve que contrastar algunos datos en las siguientes fuentes:
Este año merecía algunas reflexiones que publiqué en una de mis redes sociales acompañada de una canción triste, entre los días 19 y el 25 de diciembre. La felicidad personal no está en cuestión, sino más bien hice un ejercicio de visión colectiva, de empatía. Estas reflexiones también merecen estar en mi blog. Aquí las transcribo:
19/12/2020
1.Este fue (y aún no acabó) un año de mierda… Pienso que fallamos como especie, salvo muchísimas excepciones por fortuna. Cada día publicaré una canción triste, según mi percepción, junto a alguna reflexión. Empiezo con esta belleza de Nick Cave & The Bad Seeds.
20/12/2020
2. Mi segunda reflexión la dedico a ellas y ellos, sanitarias y sanitarios. Lo han dado y continúan dándolo todo, incluso la vida, a veces en pésimas condiciones y a pesar de nuestra negligencia. Para quienes crean en los ángeles en un sentido literal y metafórico. Sigo con esta tierna y melancólica canción, Angel Mine de Cowboy Junkies.
21/12/2020
3. La tercera reflexión es para recordar a quienes ya no están… Muchas personas, gente con nombre, apellido, familia y amigos que no van a estar en estas fiestas y que no pudieron estar con sus seres queridos en sus últimos momentos de vida. Nuevo reconocimiento para el personal sanitario que les brindó humanidad a estas personas… “Don’t walk away, in silence”. Hoy esta canción oscura y reflexiva, Atmosphere de Joy Division.
22/12/2020
4. ¿Qué hacen por nosotros los políticos? Omnipresentes en la pandemia, no podían faltar en mis reflexiones. Todos los gobernantes y representantes de cualquier parlamento democrático del mundo deben trabajar para el pueblo, además de que pagamos sus sueldos… Muchos aprovecharon esta crisis para dividir más a la sociedad. Oportunismo y bajeza moral en lugar del bien común. Nosotros los pusimos allí. Ante tanta mediocridad, belleza con esta canción de Yann Tiersen y la inmensa Liz Fraser, y tristeza, claro…
23/12/2020
5. Fake News. Si hay un virus preexistente que se agravó con la pandemia, ese es el de las noticias falsas. Me cuesta entender cómo se puede creer más a un contacto de redes sociales que a una fuente fiable (evito decir oficial). Quien reenvía sin contrastar es parte del problema de la desinformación. Somos perezosos digitales y nos falta más educación digital, valga la redundancia. Más ángeles con Calling All Angels, una preciosa canción de Jane Siberry.
24/12/2020
6. ¿Salvar la navidad? ¿Qué significa esto? “No les pongamos demasiadas restricciones a la gente para que consuma mucho, aunque la incidencia acumulada esté subiendo”. Supongo que necesitamos creer que no hay responsabilidad nuestra… Parece que no hay más momentos en el año en los que podamos estar con quienes queremos… Preferimos ignorar las recomendaciones que nos afectan. Teardrop de Massive Attack con Liz Fraser.
25/12/2020
7. Parece que en las sociedades modernas actuales no estamos dispuestos a renunciar a vicios adquiridos. Vivimos demasiado bien y tuvo que pasar esto para que nos diéramos cuenta. Este individualismo narcisista que practicamos, potenciado y exhibido por las redes sociales, es destructivo. Lo que deseo para el 2021 (¡y para el resto de la existencia humana!) es que pensemos, reflexionemos un poco más, y en especial, más Educación. Última canción triste de mis reflexiones con Portishead.
Ayer iba con mi hija de seis años en el coche. Escuchábamos su lista de canciones, para variar, y me describía la escena del tema que sonaba en ese momento. Yo conducía atento a la carretera, pero presté atención: la canción era instrumental, muy bonita, casi seguro de John Williams y pertenecía a alguna de las bandas sonoras de “Harry Potter”. Ella me contaba que en ese momento del film Harry Potter se sentía libre, incluso me precisaba de cual de las pelis de la saga era. Yo no recordaba la escena, pero la canción transmitía lo que ella me decía y, además, había quedado registrado así en su memoria. Supongo que cada vez que escuche esa canción rememorará esa escena.
Tarantino
El recopilatorio de canciones “The Tarantino Connection” (1996), tenía unas pistas con fragmentos de entrevistas al Quentin Tarantino. En uno de estos, él hacía la siguiente afirmación sobre la música que escoge para sus obras “(…) puedes hacer lo que las películas hacen mejor que otras formas arte… (…) realmente trabajas lo visual, emocional y cinematográfico de un modo especial, realmente muy especial… Y cuando lo haces correctamente y aciertas, el efecto es que no puedes volver a oír esa canción de nuevo sin recordar esa imagen de la película” (1) El maestro Tarantino confirma el sentimiento expresado por mi hija al escuchar ese tema de Harry Potter.
Prefiero pensar que quienes hacen de este mundo un lugar mejor, y la creación artística contribuye a esto, nunca mueren, ya que su obra perdura. Si hablamos de cine, todos hemos asumido unos códigos narrativos que se han consolidado con el paso del tiempo. Sabemos que en el cine confluyen muchas formas de arte: el teatro, la pintura, la fotografía, la arquitectura y la música entre otras. Pero el arte, como representación de una forma de ver la vida, tiene una contrapartida, que, en esencia, le da sentido al blog que llevo diez años escribiendo: cambia nuestra percepción de la realidad.
El universo que ideó Sergio Leone junto a Clint Eastwood y Ennio Morricone tiene peso propio en la percepción de lo que son los westerns. Esa música que creó el compositor, de alguna manera, nos remite a ese oeste creado por Leone, que ni siquiera quedaba en el oeste norteamericano. Y este es solo un ejemplo, considerando que el Maestro tiene más de quinientos créditos en bandas sonoras de diferentes obras audiovisuales entre 1960 y 2020… (2).
En cine podríamos llamarlo universo diegético, ese entorno artificial que asumimos cuando aceptamos las reglas de una narración. Y utilizo el ejemplo del Maestro Morricone porque seguramente todos nos hemos transportado en estos días a esos mundos a los que nos condujo, nos conduce y continuará conduciéndonos su música. El arte siempre fue imprescindible, pero hoy lo es más que nunca por la función psicológica y social que cumple: nos estimula, nos produce una catarsis, nos entretiene, nos cuestiona, nos ayuda a socializar y no discrimina a nadie que lo aprecie, sea de donde sea y crea en lo que crea.
Esta versión es estremecedora:
Por eso mi propuesta en esta denominada “nueva normalidad”, que no deja de ser otra forma de explicarnos una realidad, es que disfrutemos más del arte. Si una niña de seis años tiene sentimientos cuando ve una película y los rememora cuando escucha una canción de esa película, deduzco que las formas artísticas de representar la vida tienen un poder terapéutico muy accesible para todos y que nos une como seres sensibles.
Prefiero pensar que este poder es útil para inmunizarnos del barullo ensordecedor que escuchamos cada día a través de los canales de (in)comunicación a los que tenemos acceso. Es mi deseo, al menos.
Esta es la segunda parte de esta entrada donde escribo sobre canciones que llevo en mi cabeza durante años.
Motherless Child – Tom Jones / Portishead
El artista: Cuando era adolescente pensaba que Sir Tom Jones era un cantante para adultos (sí, para los viejos). El galés comenzó su carrera a principios de los sesenta. Un día escuché una versión de Kiss, el tema de Prince, que grabó Jones con The Art of Noise en 1988. Desde aquel momento captó mi atención y a finales de los noventa llegó Reload, un álbum donde hacía covers de éxitos populares modernos acompañado de otros artistas famosos. Reload es fantástico y Jones, aún hoy, tiene una de las mejores y más potentes voces masculinas que conozco.
El tema: Investigando, descubrí que la canción era un blues que se cantaba en la época de la esclavitud a finales del siglo XIX. Hay una versión de la cantante estadounidense Odetta de 1960. Sin embargo yo la conocí a través de Martin Gore, segunda voz, tecladista, guitarrista y compositor de Depeche Mode, que la incluyó como último tema en un disco solista que publicó en 1989, Counterfeit EP.
Hace relativamente poco, el algoritmo azaroso de Spotify hizo que llegara a mis oídos la versión del tándem Jones / Portishead incluida en Reload. Ambos artistas firman un tema mucho más vivo e intenso que el de Gore, interpretado por el galés con su particular estilo y la base musical de Portishead que aporta influencias cinematográficas. Se convirtió de forma automática en uno de mis clásicos personales. “Sometimes I feel like my soul is on fire / And I’m about to die”.
Walking on Ice – River City People
La banda: ¿¡Pero quiénes son estos!? Su origen les da cierto pedigree, eran de Liverpool. Sacaron su primer álbum en 1990, el segundo en 1991 y poco después se separaron. Hicieron un cover de California Dreaming, que es el que más alto llegó en el ranking del Reino Unido, y algunos singles más que desconozco. Están catalogados con el estilo folk rock y su cantante Siobhan Maher, tiene una voz muy bonita.
El tema: Supongo que a principios de los noventa, Walking on Ice debe haber tenido mucha difusión en las radios argentinas, porque yo recuerdo haberla escuchado más de una vez. No era capaz de entender ni el nombre de la banda ni el de la canción, pero sí la frase del estribillo, lo que me ayudó a encontrarla en Youtube años después. No tengo ni idea de por qué quedó esta canción en mi cabeza tanto tiempo, pero aún hoy, me encanta. “I’ve been walking on ice / Someday on the railways / Someday, some night / Somebody’s gonna find me”. Supongo que la música in crescendo con ese bajo y la voz de Maher sumada a la metáfora de caminar sobre el hielo fue lo que llamó mi atención. No escuché ninguna otra canción de esta banda que me gustara.
Avanti Morocha y Otro jueves cobarde – Los caballeros de la quema
La banda: Son de Morón, Provincia de Buenos Aires, y se formaron a principios de los noventa, década en la que sacaron varios discos, tuvieron canciones rotando en la radio y videos en las principales cadenas musicales. En 2002 se separaron y volvieron a juntarse en 2017. Según algunos autores, su estilo musical se engloba dentro de una subcategoría del rock argentino denominada “rock chabón”.
Las canciones: Yo no seguía ni sigo a esta banda, pero recuerdo algunos de sus temas y videos. Respecto a Avanti Morocha, del año 1998, aclarar que este tema se sacó de contexto y se resignificó con finalidades políticas. El autor y cantante Ivan Noble, asegura que nunca autorizó expresamente que su canción se utilizara esta manera. En la letra se habla de una relación desde que empieza hasta que acaba y de cómo él queda desolado “Mi casa es un desastre sin tu risa, / no me dejaste ni las migas, / a cara de perro estoy, extrañándote.” Aunque había escuchado la canción en Argentina y tenía presente el video, cobró más significado para mí en Barcelona. La razón es que, además de agradarle a mis compañeros de trabajo catalanes, me gusta la composición donde utiliza el lunfardo para crear metáforas y convertirlas en poesía.
A Otro jueves cobarde la escuché después y esta versión con el maestro Joaquín Sabina me encanta. En este caso hablan, según interpreto, de la soledad que se siente cuando no hay amor “No eran las esquirlas del rencor, / eran telarañas en el corazón / una flor con lagañas / un desamor sin amor.”
El artista: Andrés Calamaro nació en la Ciudad de Buenos Aires en 1961. Tuvo dotes para la música desde pequeño. Participó y fundó reconocidas bandas musicales de Argentina y España, entre éstas, Los abuelos de la nada y Los Rodríguez. Paralelamente, lleva una prolífica carrera como solista desde hace más de treinta años y es músico invitado habitual de otros artistas. Calamaro es un prodigio en cantidad y calidad de producciones de diferentes estilos.
La canción: Una de las cosas que más le agradezco a este artista, es que te acerca canciones clásicas de otros autores que habitualmente no escucharías por desconocimiento. Estadio Azteca es una enigmática canción del 2004 que aparece en su disco El cantante. Está compuesta por él mismo y Marcelo Scornik. Hay mucha discusión sobre el significado de la canción, pero yo la entiendo como una confesión de las adicciones del artista. Me cuesta determinar exáctamente cuando la escuché por primera vez, pero lo que sí recuerdo es una anécdota sobre la misma. Resulta que hace años, alrededor del 2005, estaba en un pueblo en el interior de Catalunya con mi novia y se celebraba una fiesta local. Allí había una banda tocando canciones, que creo, eran en catalán. En un momento dado, haciendo una respetuosa introducción sobre Calamaro, cantan Estadio Azteca. El que se quedó duro fui yo ante ese improvisado e inesperado homenaje en aquel lugar. Desde entonces, es una de esas canciones que siempre están entre mis favoritas. “Dicen que hay bueno malo, / Dicen que hay más o menos / Dicen que hay algo que tener / Y no muchos tenemos, / Y no muchos tenemos.”
Los artistas: Bajofondo es un colectivo de artistas argentinos y uruguayos. Su obra está basada en la fusión de varios estilos musicales, entre los cuales hay variantes del tango con base electrónica. Este grupo de artistas rioplatenses fue fundado por Gustavo Santaolalla y Juan Campodónico a principios de siglo. El colectivo publicó algunos álbumes de estudio y llevan años haciendo giras por todo el mundo. Tanto la banda como algunos de sus integrantes, han recibido prestigiosos reconocimientos y galardones a nivel local e internacional.
El tema: Perfume, es una canción del año 2004 quetiene como autores a los músicos uruguayos Luciano Supervielle, integrante de Bajofondo; el oscarizado Jorge Drexler y es interpretada por la cantante de tango argentina Adriana Varela. Es un tema que llegó a mí en algún intercambio musical con mi hermana, creo recordar, y su energía me pareció bestial. Como no soy un purista de los estilos musicales, no juzgaré si es un tango o un tema electrónico, solo sé que la fusión musical funciona perfectamente para mi gusto y la letra me encanta. “Me atravesó / Tu suave vendaval / Rumbo a tu recuerdo seguí / La senda de tu perfume” ¡El oxímoron del segundo verso me parte la cabeza!
Quería acabar esta entrada con una canción potente, por lo alto.
Reflexiones finales
Tengo que confesar que escribir este post me comportó más esfuerzo de lo que pensaba. Entre la selección de canciones que finalmente hice, mis reflexiones y una pequeña investigación sobre cada uno de los artistas y los temas, se me había ido de las manos y tuve que reconducir y resumir. Mi intención no era aburrirlos, sino más bien compartir percepciones personales relacionadas con estas obras.
Se podría decir que hice una especie de streaptease musical, pero que no llegó a ser integral. En cada uno de nosotros la música funciona de manera distinta. Este ejercicio de escritura me obligó a conectar con los últimos treinta años de mi vida y viajar a través de muchos recuerdos latentes en mi mente.
Espero que hayan disfrutado, y en algún caso, descubierto algunas de las canciones enumeradas. Me encantaría que compartieran algún sentimiento o experiencia propia relacionada con la música, si alguien se anima, claro, así todos nos enriquecemos.
Porque, tomándome el atrevimiento de reformular la frase de Rick Blaine en Casablanca, siempre nos quedará la música.
Ah, perdón, la sorpresita. Esta es la lista de reproducción en Spotify, lo más aproximada posible, de las canciones mencionadas en esta entrada.
Adenda
Hace pocos días vi el Talent Show “La Voz” en su edición española. La última concursante, Lydia Ruiz, cantante de metro, interpretó Boig per tu de Sau, un tema muy bonito (a mí me gusta) y un clásico de la música moderna catalana. Nunca se había cantado un tema en catalán en ninguna edición de este programa. Antonio Orozco, también catalán, se giró. Alabó la valentía de la concursante y dijo visiblemente emocionado “(…) La música una vez más, no entiende de fronteras y hace que todo lo que nos parece a los demás trascendente, deja de serlo”. Relacionado a lo que comenté al principio de la primera parte de esta entrada, suscribo totalmente a sus palabras. Para mí vale mucho más lo que nos une que lo que nos separa.
Aquí el momento
Afortunadamente, y me repito una vez más, siempre nos quedará la música.
¡Hasta la próxima!
Christian Flavio Tasso
Aclaraciones sobre este post (parte I y parte II)
Consulté varias fuentes de información para confirmar algunos de los datos publicados, pero no siempre coincidían entre ellas, por lo que utilicé mi criterio de selección y me decanté por la que consideré más fiable. Es posible que la letra de alguna canción publicada en internet no coincida exactamente con la versión cantada. Siempre intento utilizar las versiones oficiales de los videos, pero no los hay de todas las canciones escogidas (o no los encontré). Lo mismo aplica para la playlist de Spotify, que incluso, puede no funcionar correctamente en algunas regiones.
Llevo tiempo queriendo retomar este blog. De hecho, tengo varias entradas en las que he comenzado a trabajar. Al parecer los acontecimientos de los dos largos años desde que publiqué mi última entrada me han excedido… Mentira, no es eso… hay asuntos de los que directamente prefiero no hablar. Quiero escribir un post más lúdico, más relajante.
Pienso que una manera de observar la realidad es a través del arte. En esencia, ese es el lema de mi blog. Ya publiqué varios posts sobre música. Escribí sobre mi época dorada en esta entrada; del concierto de The Stone Roses en Barcelona en esta; de pasión, música y religión en esta; y le hice un pequeño homenaje a Gustavo Cerati aquí. No volveré sobre estos artistas e intentaré no repetirme.
Hoy quiero hablar de canciones; sí de esas canciones que suenan en tu cabeza durante años y no sabés por qué. Está claro que la música es un gran vehículo que nos remite a momentos de nuestra vida, buenos y malos. Además, sin importar el idioma, la música acerca a las personas. Es una forma de comunicarse, de expresarse, un ritual desde antaño que aún se mantiene hasta nuestros días. Es catarsis, identificación, identidad, placer y dolor… Y muchas veces, es poesía de la buena.
Las canciones que enumero a continuación no son un ranking, ni son todas las que querría incluir. Algunas, incluso, pertenecen a estilos y artistas que no forman parte de mis gustos musicales. Sin intentar justificarme por ello, claro.
El loco – Babasónicos
La banda: Babasónicos es una banda argentina que empezó a sonar en la década de los noventa. Por entonces, a cualquier grupo que no entrara dentro de un género musical tradicional, se lo denominaba “alternativo”. La verdad es que hacían una música que para los que estaban acostumbrados a los circuitos comerciales era “rara”. Ecléctica, sobrecargada en sonidos nuevos y con letras muy imaginativas que utilizan un léxico que, por momentos, puede parecer elevado. Proponen una fusión de estilos y una voz principal muy característica.
El Tema: En algún momento posterior al comienzo de este milenio llegó a mis oídos una versión de El loco, canción de 2001 del disco Jessico, tocada por Lito Vitale y cantada por la genial Hilda Lizarazu. La letra me atravesó la cabeza apenas la escuché “Soy víctima de un dios, / frágil, temperamental, / que en vez de rezar por mí / se fue a bailar” y luego dice “Se fue a la disco del lugar, / quiso mi disfraz, / vivir como un mortal, / como no logró matarme / me regaló una visión particular.” La letra de esta canción no tiene desperdicio. Los locos tienen (¡o tenemos!) una visión propia del mundo.
Mano a mano – Carlos Gardel
El artista: Carlos Gardel es un ícono y un intérprete único. Antes de morir en un accidente de avión en 1935, nos dejó grandes obras que se han convertido en clásicos y versionado innumerables veces hasta nuestros días. Este tango es de 1923 y la letra es de Celedonio Flores. Durante la investigación para escribir esta entrada, averigüe que un gobierno militar prohibió el uso del lunfardo y existe una letra alternativa de la misma canción.
El tema: Es difícil explicar con palabras la relación que tenemos los argentinos con el tango. Lo escuchemos o no, es parte de nuestra identidad, y si estamos fuera del país, aviva nuestro lado nostálgico. En casa se escuchaba tango, pero de joven nunca fui demasiado tanguero. Con el paso de los años amplié mis horizontes musicales y Piazzolla entró en mi vida. Después, empecé a prestar atención a las letras… Filosofía y poesía popular en su máxima expresión. Un día cualquiera de este milenio, presté atención a la letra de esta canción. El protagonista de Mano a mano es un hombre que amó mucho a su mujer hasta que lo dejó por otro rico que le podía dar una mejor vida “Tu presencia de bacana puso calor en mi nido, / fuiste buena, consecuente, y yo sé que me has querido / como no quisiste a nadie, como no podrás querer.” Despechado, él le dice que han quedado en paz, que no le debe nada “Nada debo agradecerte, mano a mano hemos quedado; / no me importa lo que has hecho, lo que hacés ni lo que harás… / Los favores recibidos creo habértelos pagado / y, si alguna deuda chica sin querer se me ha olvidado, / en la cuenta del otario que tenés se la cargás.” Es posible que el uso del lunfardo haga que los que no son argentinos se pierdan algunas cosas, aunque lo esencial se entiende. Como no voy a traducir una obra maestra, aquí hay un diccionario.
Roads y The Rip – Portishead
La banda: Mi relación con Portishead es incondicional. La primera vez que vi y escuché a esta banda de Bristol fue entre mediados y finales de los noventa, después de publicar su disco debut Dummy (1994). Solo tienen tres álbumes de estudio realizados entre 1994 y 2008. Su música es una fusión de distintos estilos, por lo que podría entrar dentro de la categoría genérica experimental / alternativa. Varias de sus canciones se han utilizado tanto en anuncios publicitarios (he visto de perfumes y coches) o en películas, por lo que seguramente, incluso los que no los conozcan por el nombre, alguna vez los han escuchado.
Los temas: No puedo precisar si llegó primero a mis manos Dummy o vi a Beth Gibbons en la TV aferrada a un micrófono, al tiempo que fumaba y cantaba de forma agónica. La considero una de las mejores intérpretes que he podido escuchar. Roads y The Rip pertenecen a su primer y a su último disco de estudio respectivamente, el ya mencionado Dummy (1994) y The Third (2008). Roads es una canción muy triste, posiblemente una de las más oscuras que conozco. Los cambios de voz de Gibbons, la afectación con que la interpreta, junto al sutil y acompasado acompañamiento musical generan este clima de tristeza “How can it feel, this wrong? / From this moment / How can it feel, this wrong?”. Es una de mis canciones preferidas.
The Rip, publicada catorce años después, es otra canción triste, que comienza de forma suave con un instrumento de cuerda que acompaña a la voz de Gibbons y va in crescendo hasta transformarse en un tema de base electrónica. “Wild, white horses / They will take me away / And the tenderness I feel / Will send the dark underneath / Will I follow?”
Portishead siempre ha sido mi refugio incondicional en el que escuchar buena música y algunas de sus canciones me recuerdan que algunas veces, podemos permitirnos sentirnos tristes.
Y aquí, el inquietante video de The Rip
Días de verano – Amaral
La banda: Amaral es una banda originaria de Zaragoza que nació durante los noventa. Su éxito masivo llegó con su álbum Estrella de Mar publicado en el año 2002, el cual tuvo muchísima difusión y varias canciones que se convirtieron en clásicos modernos de la música española. Su estilo musical se podría englobar en la categoría pop rock, destacando la magnífica voz de Eva Amaral.
El tema: Estrella de Mar me pareció un excelente disco que escuché mucho en aquel momento, pero la canción que más me rondó la cabeza es la versión acústica de una que sale en el siguiente disco Pájaros en la cabeza, publicado en 2005. Cada uno puede encontrar su significado, pero para mí Días de verano habla de esos amores fugaces que nos dejan marca cuando se acaban. Siempre hay alguien que sale lastimado, pero al parecer, el dolor, no es solo cosa de uno o de una… “Si pienso en ti siento que esta vida no es justa / Si pienso en ti y en la luz / de esa mirada tuya.” Otra canción triste.
No me arrepiento de este amor – Gilda
La artista: ¡Una cumbia! No, no me volví loco. Primero intento poner todo en contexto basándome en mis recuerdos, experiencias personales y recopilación de datos. Durante la década de 1990, este estilo de música tropical importado desde países caribeños décadas atrás e influenciado por la música local, cobró una notable popularidad en Argentina. Existían megadiscotecas totalmente orientadas a esta música y su público principal era gente de clase obrera. Su sonido está basado en melodías repetitivas con estribillos pegadizos, destacando la percusión y los instrumentos de viento. En este marco dominado por varias estrellas, aparece a principios de los noventa una rara avis, Miriam Alejandra Bianchi, más conocida como Gilda. Ella era una maestra jardinera, casada, con dos hijos, que vivía en un barrio residencial de la Ciudad de Buenos Aires. A los treinta años se presentó a una audición y allí comenzó su carrera musical. No perteneciendo a ese ambiente, con su familia en contra y muchos problemas al principio, consiguió el amor y el reconocimiento de su público gracias a su carisma y su voz dulce. Falleció en un accidente de autobús en 1996 camino a una presentación. Muchos de sus seguidores la consideran una santa y con el tiempo se convirtió en un ícono de la cultura popular argentina.
El tema: Nunca me gustó la cumbia, pero no negaré que la bailé alguna vez. Por entonces, tampoco acababa de entender esa fascinación que tenía mucha gente por Gilda y por qué su muerte había sido una tragedia nacional para ellos. Pero el tiempo hizo su trabajo y la recomendable película que dirigió mi profesora de guion de antaño Lorena Muñoz, Gilda, no me arrepiento de este amor (2016) protagonizada por Natalia Oreiro, terminó de confirmar por qué algunas canciones de esta artista siguen en mi cabeza. “No me arrepiento de este amor / Aunque me cueste el corazón / Amar es un milagro y yo te amé / Como nunca jamás lo imaginé”. Es destacable, además, que una banda de punk rock como Attaque 77 haya grabado una versión de la canción, otorgándole reconocimiento y resignificación fuera de su ámbito.
Aunque no escucho cumbia, me gustan algunas canciones de Gilda y me recuerdan que la cultura, el arte y la poesía pueden cobrar formas inesperadas para nosotros.
Hasta aquí la primera parte de esta entrada. Además de compartir buenos temas, quería acabar con buena onda, y espero haber cumplido el objetivo. Si en la primera parte te sorprendí con alguna de las canciones, la segunda, que publicaré en unos días, promete.
Además, para los que aguanten hasta el final, hay una sorpresita.
¿Recuerdan la película Matrix (1999, The Wachowski Brothers -aka Lilly and Lana Wachowski-)? El imaginario colectivo cuenta con recuerdos de este blockbuster con toques filosóficos, cuyos protagonistas viven en un universo virtual que un mundo dominado por las máquinas creó para utilizar a los humanos como fuente de energía. Ya hablé de Platón y de esta peli en su día.
Existe una tendencia generalizada, promocionada por las grandes empresas tecnológicas y del ocio y aceptadas de manera más que favorable por nosotros, los CONSUMIDORES, a inventar dispositivos y plataformas que crean realidades “paralelas”. Uso las comillas ya que tanto la realidad aumentada, como la realidad virtual o cualquier otra realidad digital son inequívocamente parte de la realidad.
Es verdad que el ocio es necesario para hacer nuestro día a día más ameno. El problema empieza cuando la llamada realidad virtual invade de manera desmesurada el espacio que debe ser parte de la “realidad física” por buscar una definición que separe el subespacio virtual del que no lo es. Que quede claro que me parece super interesante la idea de Pokémon Go; pero estas tendencias comienzan a ser un problema cuando pasan a ser el centro de nuestras vidas, casi como una obsesión que, además, pone en peligro nuestra integridad, y hasta incluso, la de los demás.
By deerstop. (Own work) [Public domain], via Wikimedia Commons
En la Alegoría de la Caverna de Platón más o menos ilustrada en Matrix, el sabio, el héroe, el iluminado era quien evitaba ser engañado por las sombras proyectadas en el fondo de la caverna y lograba salir de ella y ver la verdadera vida. Hoy en día da la impresión que todos fuéramos invitados a entrar en la caverna de manera voluntaria… de hecho todos aportamos material a ese universo virtual. Una forma de evasión. Las redes sociales nos han abducido y quiénes están fuera ya no son parte de esta nueva realidad. En este punto me gustaría citar a Manuel Castells que ya lo veía claro en 1995:
“¿Qué es, a fin de cuentas, esa misteriosa sociedad de la información? En realidad, es la sociedad en que vivimos. Y buena parte del sentimiento de desconcierto con el que últimamente percibimos nuestra vida cotidiana proviene de que la interpretamos con categorías e imágenes de un tiempo que ya pasó. (…). La difusión y desarrollo de ese sistema tecnológico ha cambiado la base materiaI de nuestras vidas, y por tanto la vida misma, en todos sus aspectos: en cómo producimos, cómo y en qué trabajamos, cómo y qué consumimos, cómo nos educamos, cómo nos informamos-entretenemos, cómo vendemos, cómo nos arruinamos, cómo gobernamos, cómo hacemos la guerra y la paz, cómo nacemos y cómo morimos, y quién manda, quién se enriquece, quién explota, quién sufre y quién se margina. Las nuevas tecnologías de información no determinan lo que pasa en la sociedad, pero cambian tan profundamente las reglas del juego que debemos aprender de nuevo, colectivamente, cuál es nuestra nueva realidad, o sufriremos, individualmente, el control de los pocos (países o personas) que conozcan los códigos de acceso a las fuentes de saber y poder.”(1)
Hace más de 20 años aún no existían las redes sociales como las conocemos ahora, pero Castells ya nos avanzaba algo del desconcierto que creó esa masiva informatización de la sociedad.
Circuito impreso con componentes
Yo estudié electrónica, y cuando miraba ciertos circuitos impresos tenía noción de cómo funcionaban; pero desde aquellos componentes electrónicos codificados montados sobre una placa hasta los actuales microprocesadores de última generación, corazón de todos los dispositivos “smart” a los que hemos delegado parte de nuestra inteligencia, han cambiado mucho nuestros hábitos, tal como reflexiona Castells. Es posible que quienes hayamos nacido en la época en que las cosas eran más tangibles físicamente tengamos una visión más privilegiada con respecto a los nativos digitales, que ya se han encontrado las cosas “empaquetadas”. Y siento el exceso de comillas, pero prefiero que ciertas palabras no se tomen literalmente. Ahora tenemos una especie de caja negra, llámese móvil u ordenador, que nos comunica con el resto de la humanidad, a veces incluso, de manera involuntaria.
José Saramago ya reflexionó de manera magistral sobre la caverna platónica en su libro justamente denominado “La caverna”. En este relato, la sociedad aceptaba con normalidad la vida concebida dentro de un centro comercial.
Fuera de la caverna
La pregunta que podríamos hacernos ahora es cómo salimos de la caverna digital. Una respuesta posible y válida sería que no queremos salir de la caverna. De hecho hay gente que ni siquiera se plantea que está dentro de una caverna. Los que intentamos salir y ver la realidad desde puntos de vistas diferentes a los impuestos por la sociedad (de la información en este caso) somos tipos (o mujeres) raros, inconformistas, que queremos romper con el orden establecido. Si viviéramos en la época de Platón, nuestros compatriotas de la caverna intentarían matarnos, pero en nuestros días, se nos puede desterrar, defenestrar e incluso eliminar digitalmente. Pasaríamos a ser fantasmas o parias en el mundo digital. ¿A qué no hemos cambiado tanto…?
Ya lo vimos en Matrix, a Neo intentan matarlo desde fuera y los de dentro son escépticos con respecto a sus poderes. El cuestionamiento siempre tiene amantes y detractores y es importante reconocer claramente todas las facetas de la realidad ¿Que por qué…? Porque estaremos mejor preparados para enfrentar situaciones reales de nuestra vida, tendremos una perspectiva más amplia de nuestro mundo y sabremos poner la cosas, entre ellas al ocio, en su lugar.
Como pueden ver, las empresas que dominan el negocio de la información nos invitan a pasar a la caverna. Quizá algún día acaben convirtiéndonos en pilas. De momento trabajamos para ellos generándoles información.
¡Qué tengan muy felices “share” y “like”! (salvo que sean de este blog, claro ;))
Christian Flavio Tasso
Otras pelis donde se ilustra de diferente manera la Alegoría de la Caverna de Platón, y proponen diferentes realidades. Hay cientos.
The Truman Show: tan gráfica en su exposición de la Caverna como Matrix, sólo que Truman es quien debe salir de la caverna.
Brazil: Una distopia. Aquí hay un tipo de sociedad privilegiada y extremadamente burocratizada que está dentro del sistema, que contrasta con otra que está fuera.
Logan’s Run: película mítica de ciencia ficción de los 70’. Vivían en la ciudad de los domos y a los 30 años, en una ceremonia, se los cargaban.
WALL·E: lúcida reflexión sobre un mundo postapocalíptico. En este caso la búsqueda está automatizada y es llevada a cabo por dos robots humanizados.
Total Recall: En donde la caverna existe gracias a un negocio redondo, la generación de aire en Marte, monopolizado y controlado por un poderoso. Pero existe una tecnología alienígena que genera oxígeno para todo el planeta.
The Island: Otra caverna y una idea muy buena: clones como recambios. Muy comercial, lástima.
Spoilers warning! (para los que no leyeron la primera parte)
Los que leyeron la primera parte de esta entrada encontrarán aquí una serie de interpretaciones subjetivas y unas reflexiones sobre la serie y algunos de sus personajes. En realidad, esta es la parte que me motivó a escribir sobre Breaking Bad, pero no pude evitar la tentación de exponer algunos argumentos que hicieron que esta serie me haya parecido genial… Sí, no exagero.
La ficción anglosajona ha conseguido que nos identifiquemos con personajes de moral cuestionable. Es curioso sentir empatía por los Corleone, aunque preferimos que ganen ellos ese pulso entre mafiosos ¿son acaso menos malos que sus adversarios? Lo mismo nos pasa con ese asesino en serie que es Dexter, cuyas atrocidades intenta justificar siguiendo el código que le transmitió su padre: jamás asesinar a inocentes.
Photo by Frank Ockenfels 3/AMC
Walter White Sr. como protagonista de la serie es quien se embarca en una aventura criminal motivado por el bienestar de su familia, al menos en las formas. Este periplo delictivo al final termina convirtiéndose en una especie de realización personal, esa revancha por haberse apartado del proyecto multimillonario que emprendió con el matrimonio Schwartz. White es un genio, posee el conocimiento, un bien preciado en toda sociedad, pero que él prefiere utilizar con fines egoístas. Además tiene un ego muy fuerte, algo que se manifiesta en muchas de las conversaciones con su cuñado Hank. Realmente Walter sabe que es el mejor, su parte más emocional se muere de ganas por exhibir su creación: esa metanfetamina de color azul que tiene una pureza cercana al 100%. Pero causa muchísimo daño, dolor y sufrimiento a mucha gente. La serie no se adentra tanto en las consecuencias que tiene la droga en sus consumidores, salvo por algunas partes protagonizadas por Jesse y su círculo. Tampoco intenta moralizar desde el discurso. Muestra de manera directa y con crudeza dramática las consecuencias de ser parte de ese juego.
Una moral dudosa
Las sociedades en las que vivimos reprochan y combaten el narcotráfico porque es un negocio ilegal con funestas consecuencias; pero las mismas sociedades avanzadas que luchan contra la droga fabrican legalmente armas que sirven para que otras personas se maten entre sí en otros lugares del mundo, o como estamos viendo últimamente, se vuelvan contra nosotros (utilizo el ejemplo de las armas porque tiene una lectura bastante directa, pero podría ser cualquier producto nocivo para la salud, o el medio ambiente).
El argumento de los Estados modernos es que esas armas son parte de un negocio muy beneficioso para el país y además sirven para defendernos de las agresiones externas; o sea que la razón de fabricarlas, poseerlas y utilizarlas son muy similares a las que exhibe White para justificar su emprendimiento ilegal. Claro, que lo que él fabrica no lo consume. White lo hace por su familia, y a diferente escala, nuestros gobernantes dicen hacerlo por nosotros. Esa es una de las lecturas que me parecen más fascinantes de Breaking Bad, parece que aceptamos y justificamos las acciones de un monstruo solo porque es un ejemplar padre de familia, trabajador, inteligente, vulnerable y con una inteligencia envidiable… pero al final, comete actos atroces ya sea por acción u omisión. Casi como consiguen hacerlo legalmente algunos Estados modernos.
Si digo en la primera parte de la entrada que Pinkman lo pierde todo es porque, aunque sobrevive, será un muerto viviente el resto de su vida. White al menos está muerto, pero a él le tocará padecer el recuerdo de la pérdida de las mujeres a las que amó y de lo que era su vida miserable. Además vivirá con un remordimiento constante por las almas que se vio obligado a cegar en esa maratón delictiva. Un joven con un futuro gris, aunque su presente y su pasado cercanos no eran demasiado prometedores ¿Nos suena de algo eso?
Es verdad que ambos protagonistas tienen sus momentos de remordimiento, y creo que el discutido e infravalorado capítulo de la mosca (Fly 3×10) nos muestra de manera metafórica cómo Walt se obsesiona con esa mosca, que podríamos interpretar libremente como una encarnación del personaje de Jane, que se había interpuesto entre Walt y Jesse y a la que Walt deja morir habiendo podido ayudarla.
Remordimiento y cargo de conciencia más que moralidad. Los personajes de esta serie padecen las consecuencias de sus males, y siempre aparece alguien con menos conciencia que ellos que puede hacerles más daño en su ascendente escalada delictiva.
En cambio, nuestras conciencias como parte de las sociedades modernas en las que nos instalamos son más sumisas y conformistas como el personaje de Skyler. A ella le ha tocado vivir desterrada, pero al menos no ha perdido a sus hijos. Si enfrentar lo que hacen los poderosos es una batalla perdida (Hank se embarcó en esa batalla y perdió), mejor seguir viviendo más o menos bien y con nuestras comodidades como hasta ahora. Eso sí, de vez en cuando podemos donar algo de dinero a alguna ONG o ir a la iglesia. Conciencia.
Breaking Bad habla de un ser humano que hace salir lo más oscuro de sí, y que se destroza a sí mismo y a su entorno, pero también habla de todos nosotros. Posiblemente no nos convertiremos en Heisenberg, pero ¿no seremos todos enfermos terminales acaso?
Divido esta entrada en dos partes: la primera es para explicar la razón de mi admiración y fascinación por esta serie. La segunda, que aparecerá en la próxima entrada, es una reflexión que hago en base a la serie.
Los que tienen la paciencia de leerme, saben que en este blog reflexiono sobre la retroalimentación que hay entre arte y vida, por lo tanto ambas entradas son complementarias. Están divididas para que puedan ser leídas i/o ignoradas de manera autónoma con más facilidad.
La pregunta que me hago ahora es “¿por qué me gustó tanto Breaking Bad?” y las respuestas pueden variar desde un simple “porque sí” a una extensa enumeración de argumentos.
¿Adivinen cuál escojo?
Walter White (Bryan Cranston) – Breaking Bad – Season 5b Gallery Photo Credit: Frank Ockenfels 3/AMC Creator: Frank Ockenfels 3/AMC
Advertencia: spoilers warning! lo que significa que voy a desvelar fragmentos críticos de la historia.
Punto de partida Walter White acaba de cumplir 50 años. Él es un profesor de químicas de instituto pluriempleado al que se le ha negado un futuro prometedor como empresario químico. Skyler es su esposa. Ella está embarazada, y al parecer, lleva las riendas de la familia. Walter White Jr., es el hijo adolescente de ambos y sufre una discapacidad. A Walt Sr. le diagnostican un cáncer terminal de pulmón.
Esta familia se completa con Hank y Marie Schrader, esta última, hermana de Skyler. Hank es un escrupuloso e insobornable agente de la DEA.
Hank invita a Walt a una redada en la que este último ve escabullirse a su antiguo alumno Jesse Pinkman. Walt ve entonces la oportunidad de dejar a su familia una seguridad económica al asociarse con Jesse para cocinar metanfetaminas.
Y así comienza todo.
Primer argumento: Excelentes guiones Aquí hago una aclaración importante que los expertos en la materia pueden pasar por alto: una cosa es la historia y otra cómo se cuenta. El guion tiene que ver con cómo se cuenta una historia, y para ser sincero, no leí ningún guion de ningún capítulo de Breaking Bad, pero sé apreciar la calidad de un guion bien escrito teniendo en cuenta una serie de detalles en la exposición que, a veces, pasan desapercibidos para el público: un móvil que no se apaga y más tarde suena en un momento inesperado; un personaje que es tan rutinario, esquemático y predecible que puede ser asesinado con facilidad; flashbacks o flashforwards que dan parte de una información que se desvelará en el momento adecuado… y podría dar muchos ejemplos más. En general, aspectos de cómo se expone la historia donde se aprecia claramente que cada cosa que vemos encaja en algún lugar.
Segundo argumento: Excelentes actores y actrices que interpretan a excelentes personajes Está claro que White/Heisenberg (Bryan Cranston) destaca por su polifacética interpretación en la que sufre una transformación brutal articulando ese Jekyll/Hyde de manera convincente. Pero está rodeado de actores que componen a sus personajes de manera precisa, aportan a la historia y también sufren transformaciones mientras la serie avanza.
Skyler (Anna Gunn), que se nos puede tornar insoportable, pero que al final y con resignación, debe asumir que su marido es un monstruo y que no denunciarlo es el menor de los males. Su semblante cambia totalmente a lo largo de la serie, pasando de transmitir ese cinismo tan característico del principio a una depresión y resignación absoluta.
Hank (Dean Norris), me sorprendió de manera grata. Es un actor que nunca me convenció demasiado, pero que después de salvarse de morir hace a su personaje creíble y curiosamente entrañable.
Jesse Pinkman (Aaron Paul), pasa de ser un pequeño delincuente a jugar en la gran liga del crimen, y es quién lo pierde todo realmente. Es destacable la relación simbiótica que tienen él y White, que alterna entre el odio, el afecto y la necesidad mutua durante varios momentos de la serie.
Gus Frink (Giancarlo Esposito), un alter ego en versión empresario exitoso de White, ya que tiene una vida ejemplar que le sirve para ocultar su imperio de fabricación y distribución de drogas. El pulso entre él y White es apasionante, Frink siempre parece estar un paso por delante. Realmente es siniestro y maquiavélico. La interpretación de Esposito es fantástica, da miedo, la verdad.
Saul Goodman (Bob Odenkirk), es uno de esos personajes que desde su primera aparición brillan. De hecho es el protagonista del spin off de Breaking Bad “Better Call Saul”. Locuaz, hábil, oportunista y cobarde. Sus diálogos son fantásticos y le aporta un toque cómico a la tragedia de Mr White y compañía.
Quedan muchos otros personajes que deambulan por la serie como por ejemplo el inmutable Mike (Jonathan Banks) o el Tío Salamanca (Mark Margolis) y están desarrollados de manera magistral, siempre respondiendo a la función que tienen dentro de sus tramas y de la historia.
Tercer argumento: los fantásticos teaser Un teaser es ese trocito de historia que aparece al principio de la serie, en general antes de los títulos, que sirve para crearnos cierta expectativa con respecto a lo que veremos. En el caso de Breaking Bad, hay teaser de muchos estilos: un videoclip dedicado a Heisenberg, un corporativo de “Los Pollos Hermanos”, imágenes de objetos dispersos en una piscina (¡ese ojo del peluche!), flashbacks, flashforwards… etc. No siempre están relacionados con el capítulo que estamos viendo, pero tarde o temprano completarán información de algún fragmento de la historia.
Cuarto argumento: La música Tanto la de la presentación, como la que aparece en los diferentes capítulos. Muy bien seleccionada.
Quinto argumento: La fotografía Desde el instante en que vi ese pantalón cruzando la pantalla en medio del desierto quedé fascinado por la fotografía de la serie. Duelos a cielo abierto y en lugares oscuros y claustrofóbicos. Otra manera de transmitir el contraste de personalidades del protagonista. Encuadres, composición, colores. Todo es un imán para el deleite visual de la serie y fortalece narrativamente lo que vemos.
Sexto argumento: Localizaciones Desértico, rural, industrial, una caravana, un desguace, un criadero de pollos, la casa de los White, la casa de Pinkman, la casa de los Schrader, el lavadero de coches, los laboratorios de meta… estas son las principales, pero sin duda el desierto es el Rey.
Séptimo argumento: la edición de sonido ¿Tuvieron la oportunidad de verla en una buena pantalla y con buen sonido? Hay un cuidado minucioso de todo lo que se escucha y el sonido es fantástico. Hasta ese detalle cuidaron para darle más realismo y profundidad al relato.
Octavo argumento: el sentido del humor Sí, leyeron bien. Es un drama en toda regla, pero tiene situaciones realmente graciosas como el primer muerto que tienen que disolver en ácido. Ver a Pinkman buscando un contenedor según instrucciones de White y ver el resultado final por no seguir sus instrucciones genera una situación graciosa y surrealista al mismo tiempo.
Además, muchos de los actores que aparecen en la serie son comediantes que han participado en Seinfeld (ver referencia Fotogramas en enlaces).
Noveno argumento: frases y diálogos Una serie que se precie de ser excelente debe contar con excelentes diálogos, y en este sentido Breaking Bad no defrauda, para muestra un par de perlitas:
“Say my name” (Walter White)
“Heisenberg” (Declan)
I am not in danger, Skyler. I AM the danger (Walter White)
Décimo argumento: referencias y guiños visuales Está claro que una serie como esta no se inventa de la nada y recurre a influencias y referencias audiovisuales conocidas. Sin hacer un análisis exhaustivo, podría decir que detecté algunos guiños a Tarantino, Scorsese y Coppola; pero algún cinéfilo encontrará muchos más seguramente. En este blog algunas de las más curiosas.
Podría decir que me quedé con ganas de más, pero las ficciones deben acabar cuando toca y hemos tenido la suerte de ver estos vertiginosos dos años de vida de Mr. White en cinco temporadas. Creo que Breaking Bad dejó el listón muy alto en el universo de las series.
Ahora los invito a leer la segunda parte, que si hiciéramos una analogía con Kill Bill, es la parte más discursiva de esta entrada. Habrá amantes y detractores, de eso se trata.
Seguramente muchos de ustedes recuerdan Reservoir Dogs (Tarantino, 1992), película con la que este genio se dio a conocer al mundo por la puerta grande. La obra tiene varias escenas memorables que han quedado perpetradas en la memoria colectiva cinéfila; pero en esta entrada me voy a referir a la secuencia en la que el Sr. Naranja / Freddy Newandyke (Tim Roth), que es policía, busca la aprobación de la banda para infiltrarse y poder atrapar al jefe in fraganti.
La construcción del discurso
En mi lista de escenas y/o secuencias preferidas, esta está en un lugar destacado, por la inteligente utilización que hace Tarantino del relato dentro del relato. Siempre recuerdo que Shakespeare también utilizó este recurso en Hamlet con la finalidad de desvelar la culpabilidad de su tío. En este caso, Newandyke comienza ensayando su relato al tiempo que vemos un montaje que va saltando en el tiempo y entre las diferentes escenas, hasta que acabamos con el policía en el momento en que lo explica a los delincuentes. Fantástica la escena del baño, por cierto. En la pantalla vemos tanto la realidad como las escenas ficticias que relata. Al final construye un discurso verosímil y consigue tener cierta complicidad y empatía con sus nuevos compañeros delincuentes.
Por supuesto, recomiendo ver la secuencia -e incluso la película- completa y en versión original subtitulada, para no perder el slang que utilizan al hablar.
La moral del discurso
Reservoir Dogs es una ficción, pero nuestra realidad está plagada de discursos construidos que intentan inculcarnos diferentes ideas, necesidades, respuestas y todo lo que se nos ocurra.
El que más me preocupa hoy en día es el discurso de los políticos. Generalizando, es un discurso cuya veracidad está en entredicho y machacada por la contundencia de la realidad.
Esta entrada no pretende tomar partido por unos o por otros, ya que creo que todos tienen razones más que suficientes para sentir vergüenza, pero sí hacer especial hincapié en la capacidad que tienen ciertas personas para construir un relato y hacérnoslo creer, como ese policía que les explica a sus nuevos compañeros sus falsas peripecias como traficante de poca monta.
Creo que como ciudadanos de un Estado tenemos la obligación moral (que no impuesta) de elegir a quienes nos gobiernan. Está claro que siempre existirá el cuestionamiento de si gobiernan los que elegimos o los que pagan las campañas de los que elegimos, pero, en tal caso, ese es otro tema que deberemos valorar a la hora de poner la papeleta dentro de la urna.
Nuestro propio discurso
Lo más importante es que nosotros tengamos la capacidad de construir nuestro propio discurso, que no tiene porqué ser igual al del resto y coincidir al cien por ciento con el de los aspirantes a cargos públicos; pero para construirlo estamos obligados a cuestionar todas las versiones de la realidad que nos intentan explicar ¿Llegaremos a conocer la verdad? Quizá eso sea lo menos relevante, ya que un discurso inverosímil siempre nos va a chirriar y ahí es donde debe entrar en juego nuestra voz interior ¿Es esto lo que quiero realmente?
Volviendo a Tarantino, Joe Cabot, el jefe de la banda, no tenía del todo claro que Mr. Orange fuera de confiar, pero así y todo lo sumó a la banda y esa fue su perdición… A veces nuestra intuición -esa lucecita roja, ámbar o verde que se nos enciende en algunos momentos- nos dice más cosas que las palabras.
Todas las mañanas nos levantamos muy temprano en casa. Nos aseamos, nos vestimos y emprendemos nuestra jornada laboral iniciando el camino hacia la Ciudad. Es una vida normal, rutinaria: nosotros al trabajo y la nena a la guardería. Y cada día es, más o menos, igual.
A veces pienso qué pasaría si algún día el lugar donde vivimos y trabajamos fuera asolado por algún tipo de catástrofe, ya sea natural o creada por el hombre. Estoy seguro que todo cambiaría…
Como decía, hoy concretamente, me senté donde todas las mañanas, con mi bocadillo mini de queso y mi café con leche y desplegué la portada de uno de los periódicos locales. Vi una foto, que ocupaba más de la mitad de la portada y, esperando que no fuera lo que evidentemente parecía, leí a toda prisa el texto…
Fue inevitable contener un cóctel de sentimientos: impotencia, rabia, tristeza y, por qué no, algo de culpa y finalmente desolación. Otro niño había sido víctima de este mundo plagado de miserables que hemos creado y consentimos entre todos.
Y pienso ¿puedo hacer algo? mucha gente dirá que no, incluso lo gritarían a los cuatro vientos; pero sí que se pueden hacer algunas cosas: para comenzar cada x cantidad de tiempo tenemos la posibilidad de poner un voto en una urna. Este hecho, básico en las democracias modernas, ya es hacer algo.
No me voy a recrear publicando una imagen que ha dado la vuelta al mundo, que todos ya conocemos, y que representa un parte ínfima de todas las injusticias y miserias que ocurren en este planeta… Pero quiero utilizar este pequeño espacio que comparto con el mundo para invitar a la reflexión, para que esto recaiga en nuestras conciencias, aunque pensemos que no va con nosotros y que la culpa es de otros; y que pensemos muy bien en quienes nos rodean al tomar nuestras decisiones, porque, por ínfimas que nos parezcan, pueden afectar a los demás…y de hecho lo hacen.