41 – ¿Realidad virtual?

Dentro de la caverna

Allegory of the Cave blank
Allegory of the Cave blank By Gothika (Own work) [GFDL (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html) or CC BY-SA 4.0-3.0-2.5-2.0-1.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0-3.0-2.5-2.0-1.0)%5D, via Wikimedia Commons
¿Recuerdan la película Matrix (1999, The Wachowski Brothers -aka Lilly and Lana Wachowski-)? El imaginario colectivo cuenta con recuerdos de este blockbuster con toques filosóficos, cuyos protagonistas viven en un universo virtual que un mundo dominado por las máquinas creó para utilizar a los humanos como fuente de energía. Ya hablé de Platón y de esta peli en su día.

Existe una tendencia generalizada, promocionada por las grandes empresas tecnológicas y del ocio y aceptadas de manera más que favorable por nosotros, los CONSUMIDORES, a inventar dispositivos y plataformas que crean realidades “paralelas”. Uso las comillas ya que tanto la realidad aumentada, como la realidad virtual o cualquier otra realidad digital son inequívocamente parte de la realidad.

Es verdad que el ocio es necesario para hacer nuestro día a día más ameno. El problema empieza cuando la llamada realidad virtual invade de manera desmesurada el espacio que debe ser parte de la “realidad física” por buscar una definición que separe el subespacio virtual del que no lo es. Que quede claro que me parece super interesante la idea de Pokémon Go; pero estas tendencias comienzan a ser un problema cuando pasan a ser el centro de nuestras vidas, casi como una obsesión que, además, pone en peligro nuestra integridad, y hasta incluso, la de los demás.

The matrix has you
By deerstop. (Own work) [Public domain], via Wikimedia Commons
En la Alegoría de la Caverna de Platón más o menos ilustrada en Matrix, el sabio, el héroe, el iluminado era quien evitaba ser engañado por las sombras proyectadas en el fondo de la caverna y lograba salir de ella y ver la verdadera vida. Hoy en día da la impresión que todos fuéramos invitados a entrar en la caverna de manera voluntaria… de hecho todos aportamos material a ese universo virtual. Una forma de evasión. Las redes sociales nos han abducido y quiénes están fuera ya no son parte de esta nueva realidad. En este punto me gustaría citar a Manuel Castells que ya lo veía claro en 1995:

¿Qué es, a fin de cuentas, esa misteriosa sociedad de la información? En realidad, es la sociedad en que vivimos. Y buena parte del sentimiento de desconcierto con el que últimamente percibimos nuestra vida cotidiana proviene de que la interpretamos con categorías e imágenes de un tiempo que ya pasó. (…). La difusión y desarrollo de ese sistema tecnológico ha cambiado la base materiaI de nuestras vidas, y por tanto la vida misma, en todos sus aspectos: en cómo producimos, cómo y en qué trabajamos, cómo y qué consumimos, cómo nos educamos, cómo nos informamos-entretenemos, cómo vendemos, cómo nos arruinamos, cómo gobernamos, cómo hacemos la guerra y la paz, cómo nacemos y cómo morimos, y quién manda, quién se enriquece, quién explota, quién sufre y quién se margina. Las nuevas tecnologías de información no determinan lo que pasa en la sociedad, pero cambian tan profundamente las reglas del juego que debemos aprender de nuevo, colectivamente, cuál es nuestra nueva realidad, o sufriremos, individualmente, el control de los pocos (países o personas) que conozcan los códigos de acceso a las fuentes de saber y poder.”(1)

Hace más de 20 años aún no existían las redes sociales como las conocemos ahora, pero Castells ya nos avanzaba algo del desconcierto que creó esa masiva informatización de la sociedad.

Circuito impreso con componentes
Circuito impreso con componentes

Yo estudié electrónica, y cuando miraba ciertos circuitos impresos tenía noción de cómo funcionaban; pero desde aquellos componentes electrónicos codificados montados sobre una placa hasta los actuales microprocesadores de última generación, corazón de todos los dispositivos “smart” a los que hemos delegado parte de nuestra inteligencia, han cambiado mucho nuestros hábitos, tal como reflexiona Castells. Es posible que quienes hayamos nacido en la época en que las cosas eran más tangibles físicamente tengamos una visión más privilegiada con respecto a los nativos digitales, que ya se han encontrado las cosas “empaquetadas”. Y siento el exceso de comillas, pero prefiero que ciertas palabras no se tomen literalmente. Ahora tenemos una especie de caja negra, llámese móvil u ordenador, que nos comunica con el resto de la humanidad, a veces incluso, de manera involuntaria.

José Saramago ya reflexionó de manera magistral sobre la caverna platónica en su libro justamente denominado “La caverna”. En este relato, la sociedad aceptaba con normalidad la vida concebida dentro de un centro comercial.

Fuera de la caverna

La pregunta que podríamos hacernos ahora es cómo salimos de la caverna digital. Una respuesta posible y válida sería que no queremos salir de la caverna. De hecho hay gente que ni siquiera se plantea que está dentro de una caverna. Los que intentamos salir y ver la realidad desde puntos de vistas diferentes a los impuestos por la sociedad (de la información en este caso) somos tipos (o mujeres) raros, inconformistas, que queremos romper con el orden establecido. Si viviéramos en la época de Platón, nuestros compatriotas de la caverna intentarían matarnos, pero en nuestros días, se nos puede desterrar, defenestrar e incluso eliminar digitalmente. Pasaríamos a ser fantasmas o parias en el mundo digital. ¿A qué no hemos cambiado tanto…?

Ya lo vimos en Matrix, a Neo intentan matarlo desde fuera y los de dentro son escépticos con respecto a sus poderes. El cuestionamiento siempre tiene amantes y detractores y es importante reconocer claramente todas las facetas de la realidad ¿Que por qué…? Porque estaremos mejor preparados para enfrentar situaciones reales de nuestra vida, tendremos una perspectiva más amplia de nuestro mundo y sabremos poner la cosas, entre ellas al ocio, en su lugar.

Como pueden ver, las empresas que dominan el negocio de la información nos invitan a pasar a la caverna. Quizá algún día acaben convirtiéndonos en pilas.  De momento trabajamos para ellos generándoles información.

¡Qué tengan muy felices “share” y “like”! (salvo que sean de este blog, claro ;))

Christian Flavio Tasso

Otras pelis donde se ilustra de diferente manera la Alegoría de la Caverna de Platón, y proponen diferentes realidades. Hay cientos.

The Truman Show: tan gráfica en su exposición de la Caverna como Matrix, sólo que Truman es quien debe salir de la caverna.

Brazil: Una distopia. Aquí hay un tipo de sociedad privilegiada y extremadamente burocratizada que está dentro del sistema, que contrasta con otra que está fuera.

Logan’s Run: película mítica de ciencia ficción de los 70’. Vivían en la ciudad de los domos y a los 30 años, en una ceremonia, se los cargaban.

WALL·E: lúcida reflexión sobre un mundo postapocalíptico. En este caso la búsqueda está automatizada y es llevada a cabo por dos robots humanizados.

Total Recall: En donde la caverna existe gracias a un negocio redondo, la generación de aire en Marte, monopolizado y controlado por un poderoso. Pero existe una tecnología alienígena que genera oxígeno para todo el planeta.

The Island: Otra caverna y una idea muy buena: clones como recambios. Muy comercial, lástima.

Fuentes consultadas y referencias:
(1) Diario El País, 25/2/1995
Alegoría de la caverna
Realidad virtual

40 – Breaking Bad – La moral de Walter White (parte II)

Spoilers warning! (para los que no leyeron la primera parte)

Los que leyeron la primera parte de esta entrada encontrarán aquí una serie de interpretaciones subjetivas y unas reflexiones sobre la serie y algunos de sus personajes. En realidad, esta es la parte que me motivó a escribir sobre Breaking Bad, pero no pude evitar la tentación de exponer algunos argumentos que hicieron que esta serie me haya parecido genial… Sí, no exagero.

La ficción anglosajona ha conseguido que nos identifiquemos con personajes de moral cuestionable. Es curioso sentir empatía por los Corleone, aunque preferimos que ganen ellos ese pulso entre mafiosos ¿son acaso menos malos que sus adversarios? Lo mismo nos pasa con ese asesino en serie que es Dexter, cuyas atrocidades intenta justificar siguiendo el código que le transmitió su padre: jamás asesinar a inocentes.

Heisenberg
Photo by Frank Ockenfels 3/AMC

Walter White Sr. como protagonista de la serie es quien se embarca en una aventura criminal motivado por el bienestar de su familia, al menos en las formas. Este periplo delictivo al final termina convirtiéndose en una especie de realización personal, esa revancha por haberse apartado del proyecto multimillonario que emprendió con el matrimonio Schwartz. White es un genio, posee el conocimiento, un bien preciado en toda sociedad, pero que él prefiere utilizar con fines egoístas. Además tiene un ego muy fuerte, algo que se manifiesta en muchas de las conversaciones con su cuñado Hank. Realmente Walter sabe que es el mejor, su parte más emocional se muere de ganas por exhibir su creación: esa metanfetamina de color azul que tiene una pureza cercana al 100%. Pero causa muchísimo daño, dolor y sufrimiento a mucha gente. La serie no se adentra tanto en las consecuencias que tiene la droga en sus consumidores, salvo por algunas partes protagonizadas por Jesse y su círculo. Tampoco intenta moralizar desde el discurso. Muestra de manera directa y con crudeza dramática las consecuencias de ser parte de ese juego.

Una moral dudosa
Las sociedades en las que vivimos reprochan y combaten el narcotráfico porque es un negocio ilegal con funestas consecuencias; pero las mismas sociedades avanzadas que luchan contra la droga fabrican legalmente armas que sirven para que otras personas se maten entre sí en otros lugares del mundo, o como estamos viendo últimamente, se vuelvan contra nosotros (utilizo el ejemplo de las armas porque tiene una lectura bastante directa, pero podría ser cualquier producto nocivo para la salud, o el medio ambiente).
El argumento de los Estados modernos es que esas armas son parte de un negocio muy beneficioso para el país y además sirven para defendernos de las agresiones externas; o sea que la razón de fabricarlas, poseerlas y utilizarlas son muy similares a las que exhibe White para justificar su emprendimiento ilegal. Claro, que lo que él fabrica no lo consume. White lo hace por su familia, y a diferente escala, nuestros gobernantes dicen hacerlo por nosotros. Esa es una de las lecturas que me parecen más fascinantes de Breaking Bad, parece que aceptamos y justificamos las acciones de un monstruo solo porque es un ejemplar padre de familia, trabajador, inteligente, vulnerable y con una inteligencia envidiable… pero al final, comete actos atroces ya sea por acción u omisión. Casi como consiguen hacerlo legalmente algunos Estados modernos.

Si digo en la primera parte de la entrada que Pinkman lo pierde todo es porque, aunque sobrevive, será un muerto viviente el resto de su vida. White al menos está muerto, pero a él le tocará padecer el recuerdo de la pérdida de las mujeres a las que amó y de lo que era su vida miserable. Además vivirá con un remordimiento constante por las almas que se vio obligado a cegar en esa maratón delictiva. Un joven con un futuro gris, aunque su presente y su pasado cercanos no eran demasiado prometedores ¿Nos suena de algo eso?

Es verdad que ambos protagonistas tienen sus momentos de remordimiento, y creo que el discutido e infravalorado capítulo de la mosca (Fly 3×10) nos muestra de manera metafórica cómo Walt se obsesiona con esa mosca, que podríamos interpretar libremente como una encarnación del personaje de Jane, que se había interpuesto entre Walt y Jesse y a la que Walt deja morir habiendo podido ayudarla.

Remordimiento y cargo de conciencia más que moralidad. Los personajes de esta serie padecen las consecuencias de sus males, y siempre aparece alguien con menos conciencia que ellos que puede hacerles más daño en su ascendente escalada delictiva.

En cambio, nuestras conciencias como parte de las sociedades modernas en las que nos instalamos son más sumisas y conformistas como el personaje de Skyler. A ella le ha tocado vivir desterrada, pero al menos no ha perdido a sus hijos. Si enfrentar lo que hacen los poderosos es una batalla perdida (Hank se embarcó en esa batalla y perdió), mejor seguir viviendo más o menos bien y con nuestras comodidades como hasta ahora. Eso sí, de vez en cuando podemos donar algo de dinero a alguna ONG o ir a la iglesia. Conciencia.

Breaking Bad habla de un ser humano que hace salir lo más oscuro de sí, y que se destroza a sí mismo y a su entorno, pero también habla de todos nosotros. Posiblemente no nos convertiremos en Heisenberg, pero ¿no seremos todos enfermos terminales acaso?

Christian Flavio Tasso

 

Enlaces interesantes:
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/09/10/actualidad/1347296744_235914.html
http://www.seriemaniac.com/2014/01/14/explicacion-episodio-de-la-mosca-de-breaking-bad/
http://www.fotogramas.es/Noticias-cine/Se-desvela-una-de-las-grandes-incognitas-de-Breaking-Bad

39 – Breaking Bad – La serie (parte I)

Divido esta entrada en dos partes: la primera es para explicar la razón de mi admiración y fascinación por esta serie. La segunda, que aparecerá en la próxima entrada, es una reflexión que hago en base a la serie.

Los que tienen la paciencia de leerme, saben que en este blog reflexiono sobre la retroalimentación que hay entre arte y vida, por lo tanto ambas entradas son complementarias. Están divididas para que puedan ser leídas i/o ignoradas de manera autónoma con más facilidad.

La pregunta que me hago ahora es “¿por qué me gustó tanto Breaking Bad?” y las respuestas pueden variar desde un simple “porque sí” a una extensa enumeración de argumentos.

¿Adivinen cuál escojo?

Breaking Bad Sweeps 2014 EmmysWalter White (Bryan Cranston) – Breaking Bad – Season 5b Gallery
Photo Credit: Frank Ockenfels 3/AMC
Creator: Frank Ockenfels 3/AMC

Advertencia: spoilers warning! lo que significa que voy a desvelar fragmentos críticos de la historia.

Punto de partida
Walter White acaba de cumplir 50 años. Él es un profesor de químicas de instituto pluriempleado al que se le ha negado un futuro prometedor como empresario químico. Skyler es su esposa. Ella está embarazada, y al parecer, lleva las riendas de la familia. Walter White Jr., es el hijo adolescente de ambos y sufre una discapacidad. A Walt Sr. le diagnostican un cáncer terminal de pulmón.

Esta familia se completa con Hank y Marie Schrader, esta última, hermana de Skyler. Hank es un escrupuloso e insobornable agente de la DEA.

Hank invita a Walt a una redada en la que este último ve escabullirse a su antiguo alumno Jesse Pinkman. Walt ve entonces la oportunidad de dejar a su familia una seguridad económica al asociarse con Jesse para cocinar metanfetaminas.

Y así comienza todo.

Primer argumento: Excelentes guiones
Aquí hago una aclaración importante que los expertos en la materia pueden pasar por alto: una cosa es la historia y otra cómo se cuenta. El guion tiene que ver con cómo se cuenta una historia, y para ser sincero, no leí ningún guion de ningún capítulo de Breaking Bad, pero sé apreciar la calidad de un guion bien escrito teniendo en cuenta una serie de detalles en la exposición que, a veces, pasan desapercibidos para el público: un móvil que no se apaga y más tarde suena en un momento inesperado; un personaje que es tan rutinario, esquemático y predecible que puede ser asesinado con facilidad; flashbacks o flashforwards que dan parte de una información que se desvelará en el momento adecuado… y podría dar muchos ejemplos más. En general, aspectos de cómo se expone la historia donde se aprecia claramente que cada cosa que vemos encaja en algún lugar.

Hay una entrada muy interesante sobre este tema en la web de bloguionistas.

Segundo argumento: Excelentes actores y actrices que interpretan a excelentes personajes
Está claro que White/Heisenberg (Bryan Cranston) destaca por su polifacética interpretación en la que sufre una transformación brutal articulando ese Jekyll/Hyde de manera convincente. Pero está rodeado de actores que componen a sus personajes de manera precisa, aportan a la historia y también sufren transformaciones mientras la serie avanza.

Skyler (Anna Gunn), que se nos puede tornar insoportable, pero que al final y con resignación, debe asumir que su marido es un monstruo y que no denunciarlo es el menor de los males. Su semblante cambia totalmente a lo largo de la serie, pasando de transmitir ese cinismo tan característico del principio a una depresión y resignación absoluta.

Hank (Dean Norris), me sorprendió de manera grata. Es un actor que nunca me convenció demasiado, pero que después de salvarse de morir hace a su personaje creíble y curiosamente entrañable.

Jesse Pinkman (Aaron Paul), pasa de ser un pequeño delincuente a jugar en la gran liga del crimen, y es quién lo pierde todo realmente. Es destacable la relación simbiótica que tienen él y White, que alterna entre el odio, el afecto y la necesidad mutua durante varios momentos de la serie.

Gus Frink (Giancarlo Esposito), un alter ego en versión empresario exitoso de White, ya que tiene una vida ejemplar que le sirve para ocultar su imperio de fabricación y distribución de drogas. El pulso entre él y White es apasionante, Frink siempre parece estar un paso por delante. Realmente es siniestro y maquiavélico. La interpretación de Esposito es fantástica, da miedo, la verdad.

Saul Goodman (Bob Odenkirk), es uno de esos personajes que desde su primera aparición brillan. De hecho es el protagonista del spin off de Breaking Bad “Better Call Saul”. Locuaz, hábil, oportunista y cobarde. Sus diálogos son fantásticos y le aporta un toque cómico a la tragedia de Mr White y compañía.

Quedan muchos otros personajes que deambulan por la serie como por ejemplo el inmutable Mike (Jonathan Banks) o el Tío Salamanca (Mark Margolis) y están desarrollados de manera magistral, siempre respondiendo a la función que tienen dentro de sus tramas y de la historia.

Tercer argumento: los fantásticos teaser
Un teaser es ese trocito de historia que aparece al principio de la serie, en general antes de los títulos, que sirve para crearnos cierta expectativa con respecto a lo que veremos. En el caso de Breaking Bad, hay teaser de muchos estilos: un videoclip dedicado a Heisenberg, un corporativo de “Los Pollos Hermanos”, imágenes de objetos dispersos en una piscina (¡ese ojo del peluche!), flashbacks, flashforwards… etc. No siempre están relacionados con el capítulo que estamos viendo, pero tarde o temprano completarán información de algún fragmento de la historia.

Cuarto argumento: La música
Tanto la de la presentación, como la que aparece en los diferentes capítulos. Muy bien seleccionada.

Quinto argumento: La fotografía
Desde el instante en que vi ese pantalón cruzando la pantalla en medio del desierto quedé fascinado por la fotografía de la serie. Duelos a cielo abierto y en lugares oscuros y claustrofóbicos. Otra manera de transmitir el contraste de personalidades del protagonista. Encuadres, composición, colores. Todo es un imán para el deleite visual de la serie y fortalece narrativamente lo que vemos.

Sexto argumento: Localizaciones
Desértico, rural, industrial, una caravana, un desguace, un criadero de pollos, la casa de los White, la casa de Pinkman, la casa de los Schrader, el lavadero de coches, los laboratorios de meta… estas son las principales, pero sin duda el desierto es el Rey.

Séptimo argumento: la edición de sonido
¿Tuvieron la oportunidad de verla en una buena pantalla y con buen sonido? Hay un cuidado minucioso de todo lo que se escucha y el sonido es fantástico. Hasta ese detalle cuidaron para darle más realismo y profundidad al relato.

Octavo argumento: el sentido del humor
Sí, leyeron bien. Es un drama en toda regla, pero tiene situaciones realmente graciosas como el primer muerto que tienen que disolver en ácido. Ver a Pinkman buscando un contenedor según instrucciones de White y ver el resultado final por no seguir sus instrucciones genera una situación graciosa y surrealista al mismo tiempo.

Además, muchos de los actores que aparecen en la serie son comediantes que han participado en Seinfeld (ver referencia Fotogramas en enlaces).

Noveno argumento: frases y diálogos
Una serie que se precie de ser excelente debe contar con excelentes diálogos, y en este sentido Breaking Bad no defrauda, para muestra un par de perlitas:

  • “Say my name” (Walter White)
  • “Heisenberg” (Declan)
  • I am not in danger, Skyler. I AM the danger (Walter White)

Más diálogos aquí (en inglés).

Décimo argumento: referencias y guiños visuales
Está claro que una serie como esta no se inventa de la nada y recurre a influencias y referencias audiovisuales conocidas. Sin hacer un análisis exhaustivo, podría decir que detecté algunos guiños a Tarantino, Scorsese y Coppola; pero algún cinéfilo encontrará muchos más seguramente. En este blog algunas de las más curiosas.

Podría decir que me quedé con ganas de más, pero las ficciones deben acabar cuando toca y hemos tenido la suerte de ver estos vertiginosos dos años de vida de Mr. White en cinco temporadas. Creo que Breaking Bad dejó el listón muy alto en el universo de las series.

Ahora los invito a leer la segunda parte, que si hiciéramos una analogía con Kill Bill, es la parte más discursiva de esta entrada. Habrá amantes y detractores, de eso se trata.

Christian Flavio Tasso

Referencias consultadas y otras páginas interesantes:
www.amc.com/shows/breaking-bad
www.imdb.com/title/tt0903747/
www.filmaffinity.com/es/film489970.html
www.fotogramas.es/Cinefilia/10-cosas-que-no-sabias-de-Breaking-Bad
www.elmundo.es/elmundo/2013/09/28/television/1380366791.html
http://pijamasurf.com/2013/10/mas-alla-de-breaking-bad-conoce-al-verdadero-heisenberg/
www.gonzoo.com/starz/story/la-mitologia-de-breaking-bad-788/

38 – El Señor Naranja y la construcción del discurso

Seguramente muchos de ustedes recuerdan Reservoir Dogs (Tarantino, 1992), película con la que este genio se dio a conocer al mundo por la puerta grande. La obra tiene varias escenas memorables que han quedado perpetradas en la memoria colectiva cinéfila; pero en esta entrada me voy a referir a la secuencia en la que el Sr. Naranja / Freddy Newandyke (Tim Roth), que es policía, busca la aprobación de la banda para infiltrarse y poder atrapar al jefe in fraganti.

La construcción del discurso
En mi lista de escenas y/o secuencias preferidas, esta está en un lugar destacado, por la inteligente utilización que hace Tarantino del relato dentro del relato. Siempre recuerdo que Shakespeare también utilizó este recurso en Hamlet con la finalidad de desvelar la culpabilidad de su tío. En este caso, Newandyke comienza ensayando su relato al tiempo que vemos un montaje que va saltando en el tiempo y entre las diferentes escenas, hasta que acabamos con el policía en el momento en que lo explica a los delincuentes. Fantástica la escena del baño, por cierto. En la pantalla vemos tanto la realidad como las escenas ficticias que relata. Al final construye un discurso verosímil y consigue tener cierta complicidad y empatía con sus nuevos compañeros delincuentes.
Por supuesto, recomiendo ver la secuencia -e incluso la película- completa y en versión original subtitulada, para no perder el slang que utilizan al hablar.

La moral del discurso
Reservoir Dogs es una ficción, pero nuestra realidad está plagada de discursos construidos que intentan inculcarnos diferentes ideas, necesidades, respuestas y todo lo que se nos ocurra.
El que más me preocupa hoy en día es el discurso de los políticos. Generalizando, es un discurso cuya veracidad está en entredicho y machacada por la contundencia de la realidad.
Esta entrada no pretende tomar partido por unos o por otros, ya que creo que todos tienen razones más que suficientes para sentir vergüenza, pero sí hacer especial hincapié en la capacidad que tienen ciertas personas para construir un relato y hacérnoslo creer, como ese policía que les explica a sus nuevos compañeros sus falsas peripecias como traficante de poca monta.
Creo que como ciudadanos de un Estado tenemos la obligación moral (que no impuesta) de elegir a quienes nos gobiernan. Está claro que siempre existirá el cuestionamiento de si gobiernan los que elegimos o los que pagan las campañas de los que elegimos, pero, en tal caso, ese es otro tema que deberemos valorar a la hora de poner la papeleta dentro de la urna.

Nuestro propio discurso
Lo más importante es que nosotros tengamos la capacidad de construir nuestro propio discurso, que no tiene porqué ser igual al del resto y coincidir al cien por ciento con el de los aspirantes a cargos públicos; pero para construirlo estamos obligados a cuestionar todas las versiones de la realidad que nos intentan explicar ¿Llegaremos a conocer la verdad? Quizá eso sea lo menos relevante, ya que un discurso inverosímil siempre nos va a chirriar y ahí es donde debe entrar en juego nuestra voz interior ¿Es esto lo que quiero realmente?

Volviendo a Tarantino, Joe Cabot, el jefe de la banda, no tenía del todo claro que Mr. Orange fuera de confiar, pero así y todo lo sumó a la banda y esa fue su perdición… A veces nuestra intuición -esa lucecita roja, ámbar o verde que se nos enciende en algunos momentos- nos dice más cosas que las palabras.

Christian Flavio Tasso

34 – Desenfocado (Deconstructing Harry)

Llevo tiempo queriendo escribir sobre esta escena, y la reciente e inesperada desaparición de Robin Williams me ha motivado a hacerlo.

Algo de Williams…

Robin Williams 2008
By Steve Jurvetson from Menlo Park, USA [CC-BY-2.0 (http://creativecommons.org/licenses/by/2.0)%5D, via Wikimedia Commons
Siempre digo que las personas quedan vivas a través de sus obras, sus actos, todo lo que han aportado a su entorno: seres queridos, gente con la que se relacionaron profesional y personalmente… y en el caso de los actores, esta trascendencia es mucho más tangible, por el nivel de exposición que tienen y por los hábitos que tenemos para consumir, disfrutar o reflexionar sobre sus performances. Admito que Robin Williams no estaba entre mis actores favoritos, pero sí reconozco su versátil capacidad interpretativa, además de que me han llegado varios de sus personajes, como el Sean Maguire de Good Will Hunting o el John Keating de Dead Poets Society.

Creo que la mejor manera de recordar a un comediante, es a través de una de sus mejores secuencias, la que justamente está dirigida por otro grande, Woody Allen, y que pertenece a la película Deconstructing Harry.

Desenfocado…
Encontramos esta secuencia en esta constante autobiografía que es la obra de Allen, al menos en la mayoría de sus filmes. En la película, Harry (Allen) es un exitoso escritor que utiliza a personas y hechos reales de su vida para escribir sus historias. Esto lo convierte en un hombre odiado y solitario, y por esta razón, no tiene a nadie que le acompañe a un homenaje que le harán en la universidad de la cual lo echaron. Ya he hablado en otra entrada de esta versión libre de Fresas salvajes (Ingmar Bergman, 1957) del neoyorquino, concretamente de la escena del descenso a los infiernos; pero este fragmento en concreto, destaca como una confesión que nos hace un artista que se siente incomprendido por su entorno. Está claro que en EEUU se reconoce a Allen como un gran director, pero su obra siempre ha sido mucho más valorada fuera de su país. Inteligente, irónica, con la acidez habitual de la artillería narrativa Allen, un alter-Allen-Williams interpreta a Mel, un actor que misteriosamente, comienza a desenfocarse.

Después de verla, se nos plantean varias reflexiones ¿Quién no se sintió alguna vez desenfocado? ¿Debemos ponernos gafas para adaptarnos a ciertas distorsiones? ¿Podemos ser diferentes en un mundo que tiende a homogeneizarnos y estandarizarnos? Allen habla de la vida a través de sí mismo, su experiencia, su imaginación y su gran sentido del humor. El desenfoque como metáfora audiovisual de una falta de sintonía con sus interlocutores, cierto tipo de público (o personajes en la peli) que prefieren no esforzarse para entenderlo; y dentro del mismo mensaje, un receptor que debe adaptarse, aunque le incomode, a lo que se le tiene que decir. Hay por un lado una especie de autoritarismo cultural, y por el otro un público que prefiere consumir palomitas a golpe de efecto que a reflexionar un poco sobre lo que le rodea (generalizo con las palomitas, como podría hablar de cualquier tipo de manifestación cultural comercial).

Muchas veces la sociedad castiga a los individuos con identidad, que destacan de alguna manera, que desenfocan, especialmente cuando la gente no entiende bien lo que hacen. Si es un futbolista, o un corredor de fórmula uno, o un tenista, no, porque es divertido y estimula otras pasiones; pero si es un artista que transgrede desde una obra sincera, directa y carente de efectos vacuos, suele molestar ¡Y más aún cuando apunta directo a tu persona, costumbres, entorno…! Sí, esto se aplica a la vida de las personas, no nos olvidemos que el arte imita a la vida… Todo el que no encaja dentro de una estructura está desenfocado. Hay que hacer lo que hacen los demás… Aunque para mí tiene mucho más valor la persona que cree en sí misma y en sus sueños, a pesar de que el mundo crea que es un delirante.

¡Gracias Robin! (y Woody, por supuesto)

Christian Flavio Tasso