Blog 23 – Todos mienten

Tengo 42 años. No parece mucho, sólo porque yo no lo siento así, pero es tiempo suficiente para aprender más o menos cómo funcionan las cosas en este mundo. La frase del título la tomé prestada de uno de los personajes más interesantes creados por la televisión en la última década… Lo más irónico de todo es que estas dos palabras revelan un gran verdad: Todos mentimos.

By Kristin Dos Santos (Hugh Laurie) [CC-BY-SA-2.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0)%5D, via Wikimedia Commons
House es un personaje que se miente a sí mismo. Se dice que necesita tomar medicación para aplacar un dolor que es más existencial que físico… Además de que es un adicto. Se muestra autosuficiente cuando, en realidad, necesita a su amigo Wilson cerca… ¡Y ni hablar de su equipo…! Necesita el amor de una mujer, aunque se empecina en agobiarlas, acosarlas, agotarlas, discriminarlas y echarlas de su vida. Siendo como es él, cree entender cómo son los demás. Este personaje me ha fascinado desde el primer momento; quién fuera una persona con la capacidad intelectual de House, pudiendo poner en jaque a cualquiera que se cruce en su vida. Y creo que la base de su éxito es que nos enfrenta a nuestras miserias, que nos parecen mucho más divertidas cuando un tipo así nos las cuenta y más divertidas aún si les pasan a los demás… Y quien no lo crea así es un m… (yo pensé en usar un “e” a continuación, pero quizá tú pienses en una “i”…)

Alguna vez he escuchado a alguien (irónicamente -aunque no me sorprende- relacionado con la creación y producción audiovisual) decir que House es siempre lo mismo ¡Lo peor de todo es que es verdad…! La vida es siempre lo mismo, por eso con mis 42 años, he visto muchas veces la misma historia con el mismo final, y con los mismos o diferentes protagonistas… Parece que nadie tiene la capacidad, la fortaleza o la lucidez para cambiarlo y no cambiará por sí mismo. Una de las funciones de la ficción, además de entretenernos, es que nos muestra realidades que nos hacen reflexionar y así poder evitar seguir haciendo lo mismo… Lo bueno que tienen las series, las películas y cualquier obra representativa en general, es que ponen temas humanos profundos en cierto contexto. En un hospital se vive la vida y la muerte a diario: nace un niño y dos plantas más abajo muere una persona. Por eso el contexto de la serie era el adecuado, la vida y la muerte como una ecuación compleja a los ojos de un agnóstico que sólo cree en la razón y en los hechos probados y no en las personas, aunque la razón sea una característica humana (¿¡…!?). Es que ¿podemos creer en las personas? Las ponemos a gobernar un país y las evidencias hablan por sí solas, y ni hablar de cómo gestionan una empresa pública o privada… ¡o incluso su propia vida…! Al menos, al antihéroe protagonista de nuestra serie parecía no interesarle la gente, pero resolvía sus ecuaciones médicas, cuyos beneficiarios eran finalmente las personas, de manera magistral. Ojalá alguien como House (sí, muy bestia) nos hubiera alertado sobre lo que hacíamos mal cuando creíamos que lo estábamos haciendo bien. Pero todos repetimos un patrón aprehendido (el hospital, la vida, House…) será por eso que las historias humanas se narran en un contexto, si es que somos capaces de comprender el valor de las metáforas en las ficciones.

Todos mienten. Soy un hombre con un espíritu religioso a quien le gustaría entender qué es la religión. Si de verdad existen los milagros, esos son los que hace la gente que obra de corazón, de buena fe… Los incondicionales, esas personas que hacen porque les gusta o aman lo que hacen y no necesitan arroparse bajo el manto de una gran institución ¿Cuántas de las personas que dirigen este mundo se pueden jactar de eso? Me cuesta encontrar alguna… sigo pensando… (¿dije la palabra religión más arriba…?)

¡Es que Gregory nos hizo un diagnóstico diferencial brutal a través de su personaje! Somos animales enfermos con los que no conviene encariñarse, porque, a la hora de la verdad, hacemos daño. Pero mejor, veamos el desenlace de esta historia en el próximo capítulo, aunque seguramente, habrá más de lo mismo (y si no, mejor que alguien nos lo cuente).

Christian Tasso