Blog 30 – La revolución de los viejos

A veces son invisibles para nosotros, o incluso molestos… Sí, prácticamente todo el mundo que nos rodea está diseñado para los niños, los jóvenes y los adultos con dinero: ocio, publicidad, productos de consumo, etc.
Pero ellos, los viejos, estas personas que comparten este mundo con nosotros, nos demuestran constantemente que aún tienen mucho que decir y que enseñarnos.
Hace tiempo ya hablé de ellos en un blog al que llamé “jóvenes promesas”, y aunque algunos de los que nombré en aquel entonces ya no están, nos han dejado un importante legado de lucha y perseverancia… pero lo que más destaco son esas ganas de continuar, de intentar mejorar este mundo que nos rodea hasta el último momento… algo que muchos de los jóvenes de hoy en día ni saben, o ni se atreven a plantearse.

Dignificar la vejez

La publicidad algunas veces nos regala pequeñas joyas. Esta compañía en concreto, suele hacer spots que raramente pasan desapercibidos como este que vimos en España hace unos meses:


Versión corta emitida por TV (como borraron la versión corta, dejo la oficial de IKEA)

Lo protagoniza un anciano que se desmarca del rol al que lo somete la sociedad actual, para comenzar una aventura alrededor del mundo. El slogan es simple y contundente “Empieza algo nuevo”. Inquietud. El hombre se ve abocado a buscar una solución: “el banco del parque está todo ocupado, entonces me traigo mi propia silla plegable…” Pero es gracias a este hecho, cuando desde otro punto de vista, cambia su perspectiva del mundo y necesita ir más allá. Ya no es parte de esas personas que acaban sus días dándole de comer a las palomas… y esa inquietud, lo lleva a recorrer medio mundo.

Es una publicidad, sí, pero no del tipo de las que dicen “este es el mejor producto, cómpralo” o las que, a mi entender, son peores desde el punto de vista del discurso “serás alguien si usas tal producto”; sino que está planteada como una pequeña historia, un cortometraje. Si logramos abstraernos del componente publicitario (un ejercicio que podemos hacer ignorando el último plano, y constataremos que la historia funciona igual), vemos una clara metáfora de lo que no se puede hacer en este mundo: ser conformista. Y más contundencia tiene aún este inconformismo cuando el protagonista es un anciano. Está claro que en el cambiante mundo de hoy estamos obligados a buscar nuestro camino para seguir adelante.

Y me encanta que los viejos sean quienes nos den este ejemplo (siempre utilizando el término “viejo” desde el cariño, no de manera despectiva, además de ser esta la primera de las definiciones de esta palabra en el Diccionario de la RAE). Da la impresión de que hubiéramos perdido las referencias en esta vida, esas crisis de valores de las que tanto escuchamos hablar últimamente, y que nuestra generación (40 y pico) y la que viene después de nosotros, que afectamos e influimos sobre los que aún son niños, creyéramos que todo lo por lo que lucharon (y consiguieron) esos viejos a los que relegamos a un lugar pasivo en nuestra sociedad, es algo que nos viene de herencia y es inalienable, cuando en realidad es cuando más debemos luchar por mantenerlo…

Activistas activos

ClintEastwood BerlinaleLa jubilación no parece ser el final. Esos viejos que no son para nada pasivos, están luchando por haber sido engañados por los bancos (preferentes, etc), son parte del 15M, corren  medias maratones, filman películas (Clint Eastwood)… y vemos a jóvenes que tienen la cuarta parte de su edad y ya están cansados de la vida, sin saber qué hacer y abrumados por una realidad que esperan que cambien los políticos (o los demás)… ¡ja! ¡ja!… Da la impresión que el objetivo de muchos jóvenes en la vida fuera el de tener un móvil de última generación para poder colgar fotos de sus vacuas vidas en las redes sociales (uno de los opios del siglo 21, según mi opinión).

Parece que la publicidad, que es muy hábil a la hora de identificar perfiles y crear paradigmas de la vacuidad, ha identificado a los viejos como fuente de sabiduría, y de vez en cuando, como es el caso de esta marca de identidad sueca, perteneciente a un holding holandés, rompe estos estereotipos y logra darle la vuelta de una forma motivadora.

Yo recomendaría prestarles más atención a los viejos que tenemos a nuestro alrededor. No nos olvidemos que sin contar con los avances tecnológicos a los que tenemos acceso hoy, fueron capaces de conseguir grandes cosas.
Como conclusión, me quedo con la reflexión de que es más importante la determinación y la motivación para hacer cualquier cosa. Podemos, y creo que debemos, despertarnos todos los días, aunque sea con la inquietud, de creer que podemos hacer algo para cambiar este mundo, sin importar la edad que tengamos.

Christian Flavio Tasso

PD: Aquí la versión completa de la publicidad: http://youtu.be/r4L3yGCGLQ

Blog 15 – La soledad de Eastwood

Hola, después de un par de meses, vuelvo con una reflexión que publiqué también en el blog del Club Cinema Castellar Vallès.

Una de las primeras películas que programamos en el CCCV (Club Cinema Castellar Vallès) dentro del ciclo “Nits d’Estiu” fue “Más allá de la vida” Clint Eastwood (2010). Sin considerar el interés que pueda tener esta pieza dentro de la filmografía del mencionado director, sí me interesa reflexionar sobre un tema recurrente en la caracterización de sus personajes: la soledad.

Las personas somos seres sociales por definición aunque claro está, hay excepciones… La cuestión de “cómo encajamos” en nuestra sociedad y de qué forma nos relacionamos con nuestro entorno personal y laboral es algo que nos inquieta… Luchamos por no sentirnos solos…

Ahora veamos qué respuestas encuentra Eastwood repasando algunos de sus personajes:
(ojo, puede haber “spoilers” -revelación de argumentos- a partir de aquí)

Sin perdón (1992): William Munny (Clint Eastwood) es un viudo que debe cumplir su última misión. Aunque parte de la caracterización del protagonista esté determinada por una ausencia física, no deja de ser, en esencia, un hombre solitario.

Los puentes de Madison (1995): Para Francesca (Meryl Streep) estar casada y tener familia es una especie de placebo para su soledad interior. El efímero remedio para curar esta soledad viene de la mano de otro solitario, el fotógrafo de la National Geographic Robert Kincaid (Clint Eastwood).

Ahora saltemos al (2003), Mystic River y preguntémonos cuál de sus tres protagonistas no está solo en cierta manera: Dave Boyle (Tim Robbins), quien lleva la carga de un trauma infantil cuyas implicaciones nadie es capaz de comprender, ni siquiera su esposa. Jimmy Markum (Sean Penn), otro viudo que además pierde lo más importante que le queda en su vida y Sean Devine (Kevin Bacon) que espera recuperar un amor que se alejó. Tengo que confesar que esta es una de mis películas preferidas.

Million Dollar Baby (2004). Personajes que luchan por resolver un conflicto externo, pero al mismo tiempo interno. Tres caracterizaciones protagónicas: Frankie Dunn (Eastwood), Scrap (Morgan Freeman) y Maggie Fitzgerald (Hilary Swank). Una especie de ermitaño que se refugia en su gimnasio (Frankie), que tiene una hija a la que no ve y cuyo único amigo es un tuerto que vive en el mismo gimnasio (Scrap) y a quien se le acerca una obsesiva y perseverante mujer que está demasiado mayor para boxear. Aquí aparecen temas recurrentes de sus anteriores obras, además de que utiliza una de las metáforas más efectivas para justificar la seguridad que siente Frankie dentro su soledad: “nunca bajes la guardia”.

Gran Torino (2008). Otra de mis preferidas, y una película mejor valorada por quiénes pueden ver más allá de lo que aparenta ser la historia que nos cuenta. Seguimos con un viudo: Walt Kowalski / Eastwood, que tiene un joven vecino (Thao) que está “tan acompañado como él…” . y además con pinceladas irónicas de “Soledad Divina” (pero este es otro de los temas con los que juega Eastwood). Da la impresión que los personajes de nuestro director buscan compañía para una causa común que los une de forma efímera, luego siguen su camino… en solitario (o no…).

Más allá de la vida (2010). Como en Mystic River (pero sin alcanzar su intensidad dramática) vemos a tres personajes que, por diferentes razones, se quedan solos.

Como conclusión, quiero destacar que en cada autor hay temas recurrentes, pero este ícono del Spaghetti Western convertido en destacable autor trata el tema de cómo fuimos arrojados a este mundo de una manera sublime, y nos recuerda que aunque nos jactemos de ser hiper sociales muchas veces en la vida somos nuestra única compañía, ya sea por elección propia, o porque no nos queda otro remedio.

Christian Tasso