Siento una obsesión casi patológica por el tema de “vender el alma al diablo”, es una disciplina que practicamos a diario sin apenas enterarnos (o siendo plenamente conscientes)… En esta entrada voy a reflexionar brevemente sobre algunos enfoques cinematográficos acerca del Mal y las formas que este adopta en nuestra vida cotidiana.
Algunos demonios cinematográficos
Con variados estilos, los cineastas nos acercan a diferentes demonios:
Siempre tengo en mi cabeza esa genial secuencia de Deconstructing Harry (Woody Allen, 1997) en la que un simpático demonio interpretado por Billy Crystal da consejos a Harry / Allen cuando este último desciende a los infiernos a rescatar a su amada. En uno de los ingeniosos diálogos de Allen, el Demonio suelta esta frase: “Esto (la vida) es como Las Vegas. Tú estás arriba, tú estás abajo… pero al final la casa siempre gana. No significa que no te hayas divertido.” (It’s like Vegas. You’re up, you’re down… but in the end, the house always wins. Doesn’t mean you didn’t have fun)
Aquí la secuencia completa:
Más oscuro, tenemos al Coronel Kurtz de Apocalypse Now (F. F. Coppola, 1979), profundamente afectado y con su famoso estertor final “el horror… el horror…”. Aunque en esta película (anti) bélica todo tiene alusiones infernales.
Pero sin duda, una de las criaturas infernales más inquietantes, es ese Charlie genialmente interpretado por John Goodman en Barton Fink (Joel y Ethan Cohen, 1991), un gran filme por cierto.
Trailer (es el que encontré)
Obviamente el cine está plagado de interesantes representaciones de demonios y otros personajes oscuros. Polansky, Lynch, Trier… tienen sus personales visiones del Mal, y darían para un ensayo bastante extenso.
Por favor, firme aquí con una gota de su sangre
Volviendo a los Cohen, el protagonista, Barton Fink presenta una obra en Broadway que se convierte en un gran éxito. Este hecho hace que un estudio de Hollywood se interese en él para que escriba una película de luchadores. Pero Fink tiene un bloqueo mental agravado por el comportamiento de un vecino de habitación muy extraño.
Esto se convierte literalmente en un infierno para Fink, que además se ve envuelto en una muerte. Recomiendo volver a ver esta película, en la que no defrauda, como siempre, el ácido y afinado sentido de humor de los Cohen para contar sus historias.
La vida y Lucifer
Si una cosa tienen en común los ejemplos mencionados, es la sabiduría que desprenden estos demonios; como dice el dicho popular, seguramente sabrán más por viejos, y carecen de moral porque entienden perfectamente el lugar que les toca ocupar en el orden de las cosas. Si prestamos atención, todos dan algún tipo de lección y/o enseñanza sincera a los protagonistas de cada una de las películas; además de que estos últimos, dicho sea de paso, están luchando internamente entre ser o no ser como ellos. ¿En qué momento lo que hacemos pasa a ser malo? El punto de vista es importante, ya que cada ser tiene sus propios parámetros de lo que es razonable según las circunstancias.
Los artistas reflexionan sobre las tentaciones a las que nos enfrentamos a diario. Estas tentaciones que nos conducen generalmente a falsos paraísos, funcionan en todos los niveles de nuestra vida, desde lo personal hasta lo profesional. Cada vez que firmamos un papel: contrato, crédito, etc. comerciamos un poco con nuestra alma… El capitalismo tiene una técnica depurada y eficiente para abducirnos. Podemos quedar hundidos en el más profundo de los arenales por el simple hecho de tomar algunas decisiones equivocadas. Y la parte que juegan algunos políticos en este juego de la vida, es fundamental. Hoy en día se practica mucho eso de repetir una mentira hasta que todo el mundo crea que es una verdad…
A Fausto lo salvó el amor, algo a lo que también nos podemos entregar en cuerpo y alma, y que nos ayuda a enfrentar la parte oscura que existe en la humanidad (y a veces la propia). Por fortuna nadie nos quitará el placer de disfrutar del arte, de estas mentes lúcidas que ven más allá de las formas y de los discursos superficiales.
Esperemos no acabar en un paraíso ficticio como Barton Fink.
Christian Tasso
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